Atacan a la actriz que interpreta Rebecca en Cien años de Soledad por sus rasgos indígenas

La actriz y modelo Akima ha celebrado la polémica porque “abre la puerta” a cambiar los cánones eurocentristas

El estreno de la adaptación de Cien años de soledad en Netflix ha generado polémica, pero no por la adaptación, sino por una de sus actrices: Akima, la actriz colombiana que da vida a Rebeca Buendía. Algunos seguidores de la obra original han dirigido comentarios racistas hacia la actriz, cuestionando su apariencia física y alegando que no encarna la idea de belleza descrita en la novela por sus rasgos indígenas.

Rebeca Buendía es presentada por Gabriel García Márquez como “una mujer extremadamente bella”, pero ¿qué significa eso? Para muchos, esta descripción está atada a una visión eurocéntrica de la belleza: piel clara, cabello rubio, rasgos “finos”. Akima, cuyo nombre real es Laura Grueso, desafió esa imagen preconcebida con su interpretación debido a su tez morena y rostro ovalado. Algunos no tardaron en expresar su descontento en redes sociales. Pero ella no se quedó callada. “La mujer hermosa normalmente es una mujer blanca, es una mujer rubia”, declaró en sus redes sociales. “Me siento muy feliz de generar esta incomodidad porque abre las puertas a toda una conversación”.

Akima celebra su papel como una oportunidad para mostrar otras caras de la belleza, una que refleja la diversidad de Colombia y que desafía los estándares tradicionales. “En un país tan pluricultural como el nuestro, esto es valioso. Muchas personas pueden verse reflejadas y, a la vez, abrir su mirada”, añadió.

Rebeca Buendía: un personaje que rompe moldes

En la novela, Rebeca Buendía es una figura enigmática y compleja. Llega a Macondo como una niña huérfana, cargando un saco con los huesos de sus padres. Adoptada por los Buendía, pronto revela una peculiaridad: su afición por comer tierra y cal, una costumbre que conecta su personaje con lo irracional y lo primitivo.

La belleza de Rebeca, según la novela, está cargada de simbolismo. Su aparición inicial desata pasiones, pero también refleja los prejuicios y las expectativas de quienes la rodean. En este sentido, la interpretación de Akima ofrece una nueva perspectiva. “El imaginario de belleza que muchos tienen no incluye a alguien como yo, y eso es justo lo que hace falta cambiar”, dijo la actriz. Al romper con las expectativas de los lectores, su actuación pone en evidencia cómo los estándares de belleza pueden ser restrictivos y excluyentes.

Un estreno que marca un hito

Desde su debut, Cien años de soledad ha capturado la atención mundial. La serie, con una impecable puntuación inicial del 100 % en Rotten Tomatoes, ha sido elogiada por su fiel adaptación al realismo mágico de García Márquez y por el nivel de detalle que aporta a la narrativa visual. Macondo cobra vida con todo su esplendor, y los Buendía, con sus tragedias y grandezas, atrapan al espectador desde el primer momento.

Cien años de soledad no solo se posiciona como una de las grandes series del año, sino que también abre la puerta a reflexiones necesarias sobre representación e inclusión. Akima lo resume así: “La belleza no tiene una única cara, y eso es algo que la pantalla también debe reflejar”.