Una de las características más evidentes de las series, una de las primeras cosas que captas, es su ritmo. Las hay que se cuecen a fuego lento, y no parece pasar demasiado durante escenas y escenas. Las hay que tienen un ritmo convencional. Y las hay endiabladamente aceleradas. Pero no hay un tempo mejor que otro. Todo depende de lo que estés buscando en cada momento. ¿Cómo? ¿Que ansias perderte en una serie con un ritmo tan trepidante que casi no tengas tiempo ni de respirar? ¿Quieres episodios en los que pasan cosas prácticamente todo el tiempo? No te vamos a ofrecer una solución. Vamos a ofrecerte tres. Tres títulos divertidísimos cuyos capítulos se te pasarán volando.
Shameless (versión USA)
Shameless es una serie que todo el mundo debería conocer. Quizás no tenga las disquisiciones filosóficas más sesudas. Ni dragones volando de aquí para allá. Ni personajes absolutamente memorables que pasen a formar parte del imaginario popular. Pero tiene ritmo. Tanto que a veces puedes incluso abrumarte de la cantidad de vivencias extremas que tienen sus protagonistas. Es puro pulso. Es puro gamberrismo. Es puro punk. Y es así en todos y cada uno de sus 134 episodios. De principio a fin. Desde que Lip, Ian y Carl son minúsculos hasta que son adultos. De verdad: si buscas algo con lo que perder el sentido de las horas, esta es tu serie. Dale una oportunidad y nos cuentas.
The Bear
Hay tres puntos de conexión entre Shameless y The Bear: Chicago como telón de fondo, el maravilloso Jeremy Allen White como protagonista y una cadencia loca. De hecho, la nueva serie de FX, cuya segunda temporada se ha estrenado muy recientemente en Disney+, se vive incluso a mayor velocidad que Shameless. Es un disparate. Pero es que necesita de ese ritmo vertiginoso para transmitir la urgencia y el estrés que se vive en la cocina de un restaurante. Pero no te equivoques: no es una serie culinaria, es un drama con todas las letras que tiene la cocina de calidad como vehículo. Puede que haya momentos incluso en los que te sientas abrumadx. Es parte de la diversión.
The Newsroom
The Newsroom no tiene absolutamente nada que ver con las dos anteriores. Aquí no hay gamberrismo. No hay calle. Es una serie del irregular Aaron Sorkin que trata de plasmar la locura que supone trabajar en una redacción periodística televisiva. Y ciertamente lo consigue. Es cierto que tiene más momentos de respiro que las dos anteriores, pero también que cuando echa a rodar alcanza velocidades increíbles. Tienes que estar muy atento. Sobre todo porque Sorkin es muy amante de los diálogos. Son solo 25 episodios repartidos en tres temporadas, pero es más que suficiente para saborear el mundo de las noticias y los reportajes. Que la disfrutes.