San Sebastián, Donosti para los amigos, es la Meca de los pintxos. Pintxos, que no tapas. No cometas el error de pedir una tapa allí porque te mirarán raro. Hay quien dice que los pintxos de San Sebastián tendrían que estar en los museos, custodiados por un cordón de seguridad y asegurados por lo que pueda pasar. Y no les falta razón. Por algo es la ciudad del mundo con más Estrellas Michelin por metro cuadrado.
Reconozcámoslo, la cocina vasca es un arte. Aquí, en pleno casco antiguo de la ciudad más refinada del Cantábrico, empieza la ronda de pintxos que te llevará al Nirvana. Eso sí, siempre has de tener en una mano un pintxo y en la otra un txakolí.
Casa Vergara: Parada obligatoria para probar ‘El Habanito’

En este pintoresco lugar, situado a un tiro de piedra de la Playa de la Concha, están especializados en productos de temporada. Por eso, no es lo mismo ir a Casa Vergara en verano o en invierno, los pintxos cambian, los sabores también, pero lo que nunca cambia es el buen rollo que desprenden sus dueños. Se nota cuando alguien disfruta con lo que hace, y si algo derrochan en Casa Vergara son ganas de trabajar.
‘El Habanito’ es una de sus recetas más mimadas: aunque parece un puro Habano no lo es, en realidad es una morcilla con verduras envuelta en pasta brick. Otro plato que no debes dejar de probar es ‘el Incomprendido’, hecho a base de berenjena rellena de verduras y una sabrosa reducción de Martini. Y de precio, muy asequible. Los pintxos cuestan entre 2 y 3 euros, así que por 15 o 18 euros habrás comido de lujo.
Txepetxa: La Capilla Sixtina de la anchoa

Es una institución en San Sebastián con más de 100 años de historia, aunque en el siglo XXI se ha convertido en la Capilla Sixtina de la anchoa. Y aunque tienen pintxos de todos los sabores y texturas, los que se llevan la palma son los que tienen anchoa del Cantábrico. La variedad en Txepetxa está asegurada porque los preparan de 14 maneras diferentes: con foie y manzana, acompañados de huevas de erizo, con coco, taimen con salmón o con crema de centollo. Y en cuanto al precio, tranquilo, por menos de 10 euros podrás comerte un par de pintxos y una bebida.
Borda Berri: Cocina vasca en un bocado

Carrillera de ternera al vino tinto, risotto de setas, vieira a la pancha con mermelada de melocotón, callos de bacalao ‘al pil pil’ y el queso Idiazabal son sus pintxos estrella. Sin duda, todos podrían formar parte de un menú con Estrella Michelin. Es uno de esos lugares en los que entras y te sientes como en casa. Huele a comida casera, sabe a comida casera, pero el aspecto es propio de un restaurante minimalista.
Si sois fanáticos de La Cuchara de San Telmo, Borda Berri ha sabido recoger su legado y darle una vuelta más. Los precios son bastante asequibles para la calidad de la comida. Saldrás realmente satisfecho por unos 20 euros, no más.
Tamboril: Los champiñones que te llevarán al cielo

Muchos llegan sin saber qué se van a encontrar, incluso improvisan pidiendo otras cosas pero rápidamente se darán cuenta de que su pintxo de bandera son los famosos ‘txampis’. Son un clásico. Todos hablan de ellos, se comenta en la calle y en la puerta, se grita cuando salen recién hechos y nadie se va decepcionado. Los champiñones no llevan más que ajo, sal, aceite de oliva, guindilla y perejil. Parece una receta sencilla, pero en la boca es una auténtica delicatessen. Los pintxos en el Bar Tamboril cuestan una media de 1,5 euros. Así que podrás probar una gran variedad de ellos sin necesidad de rascarte el bolsillo.
Bar Nestor: El Templo de la tortilla de patata

Es un secreto a voces que allí se sirve la mejor tortilla de San Sebastián. Todos lo saben, pero ni quiera aparece en la carta. Y, aunque sus especialidades aparentemente son otras como los pimientos de Gernika o el chuletón, mucha gente va a probar la exclusiva tortilla del Bar Nestor. Si vas, debes saber que la preparan dos veces al día – a las 13h y a las 20h- y cuando la sirven ya hay lista de espera.
Así que o eres rápido o te quedas sin ella porque se deshace en la boca. Precios: una buena comilona te costará entre 20 y 25 euros, pero si vas de pintxos por menos de 15 euros saldrás redondo.
A Fuego Negro: Pintxos con Estrella

Un italiano, un catalán y dos donostiarras han llevado esta tasca de barrio a lo más alto de la Guía Michelin. Los pintxos de A Fuego Negro no son ni mucho menos convencionales. Estos chicos han logrado una Estrella por estar a la vanguardia con un sabor y presentación espectacular. Gamba de Huelva, con guisantes, requesón y polvo de regaliz. Vainas con ajoblanco de patata y mojama. Tartar de bonito y sandía con yema de huevo rallada. Y la codorniz frita con cebolla roja y puré de castaña.
Lo mejor es que los precios son más o menos como en el resto de locales, a no ser que pidas el menú degustación de 35 euros te irás de allí más que satisfecho por 20 euros.
En conclusión, podemos decir que en San Sebastián los pintxos son mucho más que un simple ritual de domingo, incluso mucho más que un hábito saludable, irse de pintxos es casi una religión. Un deleite culinario que nadie quiere perderse cuando pisa tierras donostiarras.
Fuente de la fotografía: turismovasco.com