Por Qué La Relación Con Tu Cama Es Más Importante Que Con Tu Novio

Y es que, ¿cuántos desengaños amorosos han apaciguado tus sábanas y tu mantita? Probablemente, tantas que has llegado a la conclusión de que tener novio está sobrevalorado.

Admitámoslo, una vez que se pasa la fase de enamoramiento o de calentón con tu pareja, dejas de idealizarla. Lo malo es que entonces también es cuando empiezas a ver cómo es de verdad, esas pequeñas manías y defectillos que van a hacer que acabes teniéndole un poco de manía y tengáis broncas día sí y día también.

Y desgraciadamente no todas van a acabar en reconciliación, así que seguramente pasarás más noches en la cama llorando contra la almohada que haciendo el salto del tigre tras una cena romántica a la luz de las velas.

Lo bueno de ello es que, como te decía tu padre cuando aún eras joven y probablemente gilipollas, "lo que lloras no lo meas". Por lo que después de empapar tus sábanas sollozando porque "tú no te mereces que te hagan eso", vas a acabar por dormirte y tener un largo, reparador y placentero sueño.

Y es que, ¿cuántos desengaños amorosos han apaciguado tus sábanas y tu mantita? Probablemente, tantas que has llegado a la conclusión de que tener novio está sobrevalorado, y que en el momento en que los matrimonios entre seres humanos y objetos inanimados se convierta en algo legal, no tardarás en pedirle matrimonio a tu almohada.

Y razones para ello no te faltan:

Nunca te falla cuando realmente la necesitas

Es decir, tras un día duro en el curro, o cuando llegas con todo tu ciego después de una noche de farra dándolo todo, siempre está ahí, aguardándote. Seguramente con las sábanas abiertas porque habrás pasado de hacer la cama antes de irte. No hay malas caras, reproches por llegar tarde o interrogatorios; solo un colchón y una almohada blanditos esperando a que te lances de cabeza y duermas. O caigas inconsciente sobre ella.


Puedes pelearte con ella, y aun así seguir durmiendo plácidamente

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En vez de tener que escuchar con cara de atención la misma historia aburrida 200 veces, puedes vivir una aventura diferente cada noche

Eso sí, que luego te acuerdes de todas ellas es ya otra historia.


A diferencia de tus ex, tu cama siempre les caerá bien a tus amigas

Nunca criticarán el modo en que os conocisteis, ni te aconsejarán que lo dejes porque en tu interior sabes que no es para ti, ni te echarán en cara que pases más tiempo con ella en vez de quedar más para comer que esto es España y la hora de la siesta es sagrada....

Todo lo contrario, al ver lo feliz que eres desde que estás con tu cama, te recomendarán que pases todo el tiempo que puedas en ella para estrechar lazos.


No habrá malos almuerzos con ella

Porque una mariscada en el restaurante más caro del puerto no puede compararse con un desayuno en la cama. Ni con una comida. Y mucho menos con un bol de helado de chocolate viendo la tele.


Dejarlo con ella una y otra vez es absolutamente saludable para ti

Al contrario que con las relaciones humanas, dejar a tu cama cada día y no volver a pensar en ella a lo largo de tu jornada laboral, mientras estás en el gimnasio, en clase de ruso o en taller de costura es absolutamente fácil. Sin embargo, cuando vuelves a reunirte con ella, te reenamoras de ella una vez tras otra.

Podrías pensar que este juego entre tú y tu cama puede llegar a cansarte.

Pero no, jamás lo hará.


Con tu cama puedes ser 100% tú mismo sin tener miedo a ser juzgado

Puedes dormir con un pijama de franela antisexy, ponerte tu aparato dental, babear y hasta soltar alguna ventosidad, que tu cama te seguirá queriendo igual. De hecho, hará que tras ello te sientas mucho más cómodo contigo mismo.


Nadie te conoce mejor que tu cama

Cada centímetro y curva de tu cuerpo están totalmente marcados en cada hueco y pliegue de tu colchón... Claro que eso puede que signifique que vuestra relación es demasiado larga y que es hora de darle la vuelta, o directamente, cambiarlo.


A veces puede llegar a ser mucho mejor que el sexo

Eso no significa que un buen revolcón entre las sábanas de vez en cuando no esté  bien, pero comparándolo con una buena siesta...

Bueno, en realidad, lo ideal en esta ecuación sería polvo, y luego siesta.

Para qué engañarnos.

Crédito de la imagen: Favim.com