Era la situación propicia para mi primer morreo. En el cine, estábamos cogidos de la mano, y encima llevábamos ya tres semanas juntos "de rollo". Una relación consolidada, que yo no me daba lenguetazos con cualquiera. Todo muy típico y muy de manual, ¿no? Vale pues hasta lo que en las películas es tan guay, en la realidad es una mierda, por muy primer beso que sea.
En un momento me agarró del cuello, me metió la lengua hasta la campanilla durante tres milésimas de segundo y se apartó para seguir comiendo unos pelotazos malolientes. Aún no nos habíamos separado que mis amigas ya estaban presguntándome súperdisimuladamente si nos habíamos liado. No se puede pedir mucha madurez a los 14 años...
Cuento esto porque tras varias primeras veces de varias cosas puedo decir y digo que las primeras experiencias en casi todo son un auténtico bluf. De verdad que no entiendo por qué se le da tanta importancia a esa first time. Es absurdo. Tal vez si no pusiéramos tanto énfasis en que es la primera, todo saldría mejor.
Después de aquel rollo pasajero que me bastó para desvirgar mi boca, me sentí preparada para tener mi primer novio. Cuando alcanzas cierta edad, no aguantas tonterías y sabes perfectamente lo que buscas en una pareja. Cuando tienes 15 años, no. Así que elegí al más macarra de todo el colegio, repetidor, con una familia desestructurada y ni siquiera era guapo. Por supuesto, fue una primera relación muy decepcionante y no se convirtió en el padre de mis hijos. Seguramente ahora estará en un centro de rehabilitación o algo así. "El primer amor nunca se olvida", dicen. Ya claro.
Vamos avanzando. Ya casi llegando a la mayoría de edad, había un chico con el que ya había intercambiado fluidos bucales varias veces por la noche, de fiesta. Había tema. El chico me gustaba y decidí ir a por más. Le mande un SMS ¡aún no existía Whatsapp! un domingo por la tarde para proponerle quedar a tomar algo. Iba a lo seguro, ¿no? Después de varios encuentros nocturnos premeditados, del intercambio de llamadas perdidas... Pues el tío me dijo que lo sentía pero que no podía. ¡Por primera vez me había decidido a dar el primer paso y me rechazaba! Más tarde, el chico me confesó que en realidad había alquilado una peli en el videoclub esto empieza a sonar muy viejuno y le apetecía más el plan de quedarse con sus padres viéndola en casa. Tampoco se conviritó en el padre de mis hijos.
Lleguemos al punto culminante, LA PRIMERA VEZ. Este sí que sí ya era mi novio con mayúsculas. Este era el elegido para el sexo, sí o sí. Qué te voy a contar que no sepas del desastre que es la primera vez. Por mucho que el chaval haya ensayado en el baño, el momento de ponerse el condón resulta muy cómico, tú no puedes estar más cerrada literalmente hablando y aunque no estés disfrutando nada tienes que hacer como que es un acto placentero. Aquí sí que fui directa al grano y opté por arrancar yo la magia de cuajo al asunto. Desde el minuto uno, empecé a preguntarle al chico: "¿Acabas ya? ¿acabas ya?". Creo que mi desvirgador acabó por agotamiento mental, más que por el propio orgasmo.
Llegados a este punto tengo que preguntarte si tú también has tenido todas estas primeras veces penosas o es solo cosa mía. También me pregunto si solo por el hecho de ser una primera vez tiene que ser, por fuerza, algo especial, algo que nunca olvidarás. Yo, si pudiera elegir, preferiría olvidar el olor a pelotazos y al cafre de mi primer amor.