Policías cuentan las mejores y peores excusas que han oído para evitar una multa

Los usuarios de Reddit han saltado a compartir sus experiencias en un hilo que, entre otras cosas, puede darte ideas sobre cómo no recibir ese papel que te obliga a pagar tu infracción

A nadie le gusta recibir una multa. Esa es la realidad. Es más odioso aún recibirla cuando la infracción es mínima. Si vas conduciendo y te para la policía po control de alcohol o de drogas, lo ideal es que no hayas consumido nada. Sobre todo por tu salud y la de las demás. Pero es verdad, cuando la policía nos para, todos pensamos excusas para evitar que nos caiga esa multa. Todos tenemos anécdotas sobre estos momentos, pero llegamos a ser patéticos, pero también muy ingeniosos. Quienes más historias acumulan son los propios policías. En para evitar que nos caiga esa multa.

1. Anestesia

Detuve a un conductor por enorme exceso de velocidad. Era muy tarde, pasaban las dos de la madrugada. Cuando hago que se detenga, lo veo sumamente nervioso. Me explica que es anestesiólogo y que lo acababan de llamar para que fuera de urgencia al hospital porque habían disparado a alguien y no a cualquiera, a un policía. No lo multé, por supuesto. Lo que hice fue escoltarlo hasta el hospital a toda velocidad, así no lo volvían a detener.

2. Manipuladora

Estamos realizando un control y uno de los vehículos pretende evitarlo pasando a gran velocidad. Logramos detenerlo y, cuando la ventanilla se baja, observo que al volante va una mujer con la que me encuentro cada día en la cafetería que desayuno, ella trabaja ahí y es quien me sirve el café. Antes de verme, comienza a llorar. Cuando me mira y me reconoce sus lágrimas desaparecen. Hablamos durante unos minutos y ella agradece haberse encontrado conmigo. Me explica que tiene prisa porque hay alguien cuidando a su hijo. Me río y le voy a decir que prosiga pero antes le pido la documentación, solo por verificar. Se pone nerviosa. Pensé que no era nada hasta que vi su historial: la habían detenido más de siete veces y la habían multado muchas más por exceso de velocidad. Al parecer, no había aprendido con las anteriores, así que la multé. No tenía hijos. Y hasta me insultó.

3. El chantaje

Encuentro un coche mal aparcado en mitad de un descampado. Me acerco. Dentro hay varios estudiantes. Cuando solicito al supuesto conductor que baje el cristal, un olor de marihuana me golpea el rostro. Cuando empiezo a hacer preguntas, ninguno de ellos responde. Empiezan a meter las manos en sus bolsillos y a juntar dinero para chantajearme. Les digo que se están equivocando y siguen sin responder, solo siguen juntando dinero. Varios de ellos no pueden contener la risa. Llamé a mis compañeros y los detuvimos. Algunos estaban estudiando para ser policías.

4. Infidelidad

No soy policía pero tengo una anécdota. Iba en coche con una amiga rumbo al sur. He de reconocer que íbamos bastante rápido. La policía nos hace parar a un lado de la carretera. Cuando ella baja la ventanilla le dice al policía: "Hola, sé que tienes que ponerme una multa, pero por favor escribe que iba dirección norte, o de lo contrario mi marido sabrá que lo estoy engañando". El policía se rió, le solicitó que bajara la velocidad y la dejó marchar. No estaba casada, ni siquiera se estaba viendo con nadie.

5. Militar

Como oficial de patrulla, detengo varios coches al día. Después de casi 10 años y de detener a mucha gente he escuchado todo tipo de historias pero, sin duda, hay una que destaca: detengo a un hombre por exceso de velocidad. Hice lo de siempre, me acerqué, le pedí que bajara la ventanilla y el hombre, antes de dejarme hablar, me dice suavemente: "Disculpe. Sé que estaba acelerando. Lo siento. Pero, ya ve, soy militar. Hace solo una hora que he regresado de Irak. Mi novia me acaba de recoger del aeropuerto y, para ser sincero, estaba yendo a casa de mi familia para verlos después de mucho tiempo”. Miré el asiento trasero, vi bolsos de lona de estilo militar, uniformes militares diversos, una pancarta de bienvenida doblada y su novia en el asiento del pasajero que me miraba con un gesto de plena sinceridad. ‘Diviértete’, le dije y lo dejé marchar.

6. En casa de herrero

Conocí a una chica en la universidad cuyo padre era policía estatal. Sabía exactamente qué hacer para evitar una multa: hurgar en su bolso, llorar, revolver un poco más y luego decir ‘vaya, lo siento mucho, pero no tengo ni el carnet ni el DNI encima. Igualmente puede llamar a mi padre y confirmarlo, él también es policía’. Consiguió evitar muchísimas multas con este discurso.