Pilotos cuentan cómo salvaron un vuelo sin que los pasajeros se enteraran

Cuando te vas de viaje todo es alegría. Al menos si es porque vuelves a tu hogar en época de descanso o bien porque viajas para conocer un lugar nuevo. Preparas la maleta y te llenas de expectativas e ilusiones. Ahora bien, a muchos les pasa que, cuando llegan a su asiento del avión, empiezan a imaginarse situaciones terroríficas: que se va a caer, que va a explotar o que habrá un ataque terrorista. Luego suele ocurrir que todo va bien pero hay algo que no sabes y es que, quizás, has estado a punto de morir y no te has dado cuenta. Algunas de estas situaciones han sido has estado a punto de morir y no te has dado cuenta. Esperamos que la siguiente vez que cojas un vuelo no tengas aún más miedo.

Era muy joven, solo había pilotado unas 15 horas. Volaba en un vuelo mediano haciendo prácticas. Era la primera vez que iba a intentar hacer un aterrizaje. Mi instructor me guiaba y observó que nos estábamos acercando a un espacio aéreo en el que había que pedir permiso para entrar. Cuando llamó para solicitarlo vi cómo, de repente, se quedó callado. Lo miré y vi que estaba pálido. Pensé que iba a vomitar. Me quedé mirándolo fijamente y vi que no se movía, a los segundos me di cuenta de que no estaba respirando. Llamé a la base para declarar una emergencia médica y para explicarles que nunca había aterrizado por mi cuenta y menos en un aeropuerto tan grande. Me dijeron que me calmara y que era capaz de hacerlo. Escuché cómo le pedían a otros aviones que dieran la vuelta y a otros que esperaran para salir. Conseguí hacer el aterrizaje más suave que he hecho en mi vida como piloto. Al aterrizar había una ambulancia esperándonos. Mi instructor había sufrido un infarto. Consiguieron salvarlo, pero los pasajeros ni se enteraron.

Una vez, saliendo de Burning Man en un avión privado con unos 20 pasajeros, mi motor se apagó. Recuerdo que no había chequeado nada ni había comprobado la lista de control del motor. Eché un vistazo al indicador de presión de combustible, no me gustó lo que vi, estaba completamente vacío. Por suerte se me ocurrió pulsar el interruptor de la bomba de combustible auxiliar y volvió a la vida. Todo el incidente terminó tan rápido que los pasajeros ni siquiera se dieron cuenta.

Aterrizamos, todo fue bien. Llegó el momento en el que empezamos a bajar los escalones y, cuando me estoy acercando a la puerta, escucho cómo el piloto le comenta al auxiliar de vuelo que, durante el camino, se habían caído dos sistemas hidráulicos y había conseguido aterrizar sin problema. Se lo veía acalorado y asustado pero con alivio. No sé qué función tienen esos sistemas pero estoy más tranquilo desconociéndolo.

Estaba volando a aproximadamente 4.000 metros de altura cuando, de repente, un rayo golpeó el avión. Perdí el control del avión y comencé a perder altitud muy rápidamente. Intenté recuperar el avión durante unos 45 segundos y logré recuperarla cuando estábamos a 400 metros del suelo. Perdí 3600 metros en esos segundos. Fue el momento más aterrador de todo lo que llevo como piloto, los pasajeros pensaron que íbamos a aterrizar antes de tiempo. Estuvimos a punto de estrellar.

Trabajé en un vuelo que tuvo un intento de ataque terrorista. Estábamos en automático cuando un hombre irrumpió en la cabina, me sacó del asiento y tomó el control del avión. Apuntó directamente hacia el suelo para hacer que nos estrelláramos. El capitán se armó de valor y se enfrentó al hombre, metiéndole los pulgares en los ojos, empezaron a forcejear y cuando el terrorista se separó de los controles, yo tomé el control del avión. Conseguimos aterrizar a salvo pero tuvieron que golpear y atar al hombre. Cuando aterrizamos estaba la policía ya esperándonos.