Muchos de nosotros no nos consideramos un súper pibón, para qué engañarnos. La gran mayoría nos creemos una Chica del Montón, pero tal y como lo refleja esta joven que forma parte de la gran burbuja emergente de ilustradores juveniles de moda, la belleza radica en las pequeñas peculiaridades de cada uno. Con sus ilustraciones, tremendamente irónicas, permite que nos riamos de nosotros mismos, de nuestras parejas, de nuestras familias, porque al fin y al cabo, en la cotidianidad está el encanto. A través de sus dibujos podemos ver que sí, todos tendremos físicos diferentes, aficiones o ideales de vida distintos, pero al final, lo que nos hace como los demás es lo que en realidad esta sociedad no cuenta por miedo a ser aburrido y “normal”.
Chica Del Montón surge de un proyecto final de carrera en el que la decisión estuvo clara: ¿qué mejor que graficar con imágenes divertidas lo que a todos nos hace tan comunes y humanos pero que no contamos? La idea de tener mil planes para un fin de semana y terminar haciendo nada. Expectativa vs Realidad en que la excepcionalidad no la da otra cosa que el trabajo y el esfuerzo constante.
No nacemos sabiendo, no crecemos populares y no maduramos sin equivocarnos en el amor. Chica del Montón somos todos nosotros en el transcurso hasta conseguir lo que queremos en la vida, siendo felices mientras tanto y riéndonos de nuestros errores cuando pasa el tiempo. El difícil mundo de la vida en pareja: las eternas peleas por el mando de la TV o la tormentosa fuerza de voluntad de hacer dieta.
Tremenda paciencia la que debemos tener en medio de esas conversaciones de WhatsApp a las que todos estamos acostumbrados y que terminan con un infalible "ok". Un "ok" que sabemos que es la respuesta del todopoderoso, ese que adora los "ok" y las múltiples opciones que ofrecen los emoticonos. Sí, hablo de nuestra querida madre.
Crédito de la imagen: Chica del Montón