El que muere primero
Un clásico del cine de terror: se le nota en la mirada; tiene un aura especial; lo sabemos todos; sí, la va a palmar.
Claro está que en las pelis de miedo hay alguien que debe morir primero para ir rompiendo el hielo. Pero este alguien puede tener diferentes perfiles:
- El personaje de color: De color negro, concretamente nunca he entendido la expresión “de color”. No es racismo, es una afirmación contundente tras un intenso estudio. Pero no es el único perfil.
- El friki: viste con bermudas, camiseta de Star Wars, suele llevar gafas y el pelo rizado. Nadie le echará de menos.
- La parejita fogosa: en toda peli de miedo mala hay una pareja de jovencitos cachondos que se van pegando el lote en cada esquina que encuentran ante la atónita expectación de sus amigos. Muerte por kiki.
El compañero de trabajo inútil
Ya lo explica bien Goyo Jiménez en su monólogo sobre americanos: se trata de aquel tipo que tan solo aparece una maldita vez en toda la película. Una aparición de 10 segundos como mucho. Aquel que dice “el jefe quiere verte y está que echa chispas”, y guiña el ojo mientras se emplea en reproducir un molesto sonido con la boca.
El colega que sabe karate
Situación: el grupo de amigos del barrio de toda la vida se cruzan con un grupo de archienemigos del mismo barrio con los que ya han tenido conflictos anteriormente. La cosa se pone tensa. Muy fea. Empiezan las hostias y de la nada aparece aquel que no te esperas. Resulta que el más enclenque es cinturón negro y salva la situación como un héroe.
El médico
Si, por casualidades de la vida, en esa película no aparece el personaje que sabe karate, siempre encontraremos al médico que todo lo cura.
No hay torniquete para parar hemorragia que se le resista, no hay brecha que no se pueda coser, no hay boca a boca sin éxito. Siempre está en el momento oportuno, cuando se le necesita, aunque sea en un congreso de aeronáutica.
La rubia buenorra tonta

En la películas de terror, muere en la mitad o casi al final para deleitar un poco al espectador.
Cuando no es de terror, suele ser la amiga antítesis de la protagonista. Un buen ejemplo de ello es el papel de Mena Suvari en American Beauty.
El pringado que acaba triunfando
Último perfil pero no por ello menos importante. Lo solemos encontrar en películas que mezclan deporte, amor y superación.
Al principio nos presentan a un chico de aspecto poco agraciado que para colmo no sabe hacer casi nada bien. A su alrededor nos muestran a gente guay para denotar aún más que ese tipo es un lastre.
De repente, todo da un giro “inesperado” en los 10 últimos minutos de la película. El jugador titular se lesiona, y tiene que salir él, en quien nadie confía. En una mezcla de suerte y talento marca el touchdown decisivo o el homerun que da el campeonato nacional al equipo de su instituto. Para colmo, le levanta la chica guapa al tío más popular del insti y sale triunfando.