Te vas de casa totalmente convencido de que ya estás preparado para volar del nido. Motivado porque ha llegado el momento de meter esa habitación tan pequeña dentro de 27 enormes cajas que no sabes de donde demonios salen. Por fin, el sueño de poder llegar a casa sin tener que perder un kilo cada vez que abres la puerta una noche de juerga dudando si te vas a encontrar a tu madre desayunando en la cocina o todavía acostada, se va a hacer realidad.
Ahora buscas paz.
Tu mundo, tus reglas.
Y que si se le van las vitaminas al zumo, oye, pues que se vayan.
Y a fluir.
Esa fuerza que te empuja a abandonar la unidad familiar en la que llevas toda tu vida ejerce pequeñas descargas, en tu recién estrenado día a día, que te vuelven a conectar con casa de mamá y papá. Pero por desgracia, aunque no vienen todas de golpe, no te libras de ninguna.
La nevera no se llena sola
Cortocircuito: No hay comida y esto sí que es una movida.

Lección: Para que haya comida en la nevera hay que ir a comprarla. Nota mental: Comer = sobrevivir.
SOS, ¿todo eso de ahí es mierda?
Cortocircuito: no sabes cómo ha podido ocurrir pero parece que han entrado a robar a tu casa. ¿Cómo has podido llegar a eso? ¿Cómo has podido rozar el límite del guarrerismo de esa manera?

Lección: alguien va a tener que venir a ayudarte porque tú solo no puedes.
Qué es ese ruido y por qué estoy a oscuras
Cortocircuito: Vale, tu calculadora mental te dice que pese a tener memoria de pez porque eres un poco novato en esto de los pagos, las facturas están al día y no eres un moroso de la luz. Entonces, ¿por qué son las 10 de la noche y en tu casa estás a oscuras maquinando todo tipo de conspiraciones que pueden estar ocurriendo en el rellano de tu finca?

Lección: ey, ey, ey, tranquilo. No hay nadie esperándote en el ascensor. Es solo que es probable, quizás, muy seguramente... que la luz de tu casa haya petado. No te preocupes, hay gente que se dedica a arreglar lo que tú estropeas. Estás a salvo.
La Colada
Cortocircuito: El cesto de la ropa sucia ha digievolucionando, puede que pronto sea abducido por seres mutantes.
Lección: No hay un cajón mágico donde metes la ropa sucia y sale limpia, ese artefacto que hay en la cocina con una puerta y un tambor sirve para lavar la ropa. Si eres de los listos que ya lo sabían pero terminan con la colada multicolor, ni magia ni brujería, es poner la temperatura a 0 grados. Ese duende misterioso que lavaba la ropa, la planchaba y la dejaba en tu armario no existe. Son tus padres.
La vida al desnudo por tu casa
Cortocircuito: Salir del baño tapado con la toalla sospechando si habrá alguien que me pille en cueros. Cantar bajo la ducha y bailar por toda mi casa sin vergüenza.

Lección: Dejar de usar ropa en casa ya no es algo optativo, es obligatorio. Así viniste al mundo y así es como debes campar por tu hogar. Otra buena noticia es que ya no tienes por qué cerrar la puerta del baño. Sí; ¡por fin!
Creo que estoy muy solo
Cortocircuito: La soledad es bonita siempre y cuando se tenga alguien con quien hablar de ella. Darte cuenta de que estás rodeado de ti mismo con la sola compañía de tu imagen en el espejo puede ser terrible.

Lección: hay que empezar a llenar esos huecos que antes invertías en defender el desastre que había en tu habitación con tu madre. Leyendo libros, aprendiendo mandarín, buscando un personal trainer con el que mover ese culo que se te ha quedado pegado al sofá… todo vale con tal de hacer de ti una persona de bien.
La buena noticia
Aunque tengamos que sufrir estos pequeños cortocircuitos, hay una aplicación mágica que se llama Jobbie y que te ayuda a encontrar lo que sea, donde sea. Si necesitas ayuda con una mudanza, si se te ha acabado la sal y tu vida pende de un hilo porque te urge tenerla para tus huevos fritos o si tu portátil ha petado y deja de funcionar.
Lo que sea que estás pensando, Jobbie encuentra personas que estén cerca de ti y que puedan ayudarte para que, en cuestión de minutos puedas tener un montón de candidatos que quieran colaborar contigo.
Pero eso sí, aunque no evita que lleguen facturas a casa ni los estremecedores ruidos nocturnos; es como si hubieran metido a tu mamá dentro con la misión de cuidarte igual que lo haría en casa.