'Pearl Harbor' Y Las Cuatro Frases Que Todas Queremos Oír

Porque las películas nos han enseñado muchas cosas, y entre ellas algunas frases que todas hemos querido escuchar alguna vez.

El otro día echaron en la tele Pearl Harbor, esa película, esa. Y mientras mis compañeras de piso suspiraban por tan bonita historia de amor y por sus hombres, y después de sugerencias varias, decidí escribir sobre este trabajo made in Michael Bay, que lo mismo te dirige Transformers, las Tortugas Ninja o te cuenta la más melosa y enternecedora historia de amor. Lo que se conoce como “valer lo mismo para un roto que para un descosido”.

He visto dos veces la película, y si hay una cosa que me llama de manera desproporcionada la atención son los diálogos. Diálogos profundos, marcados por la amistad y el amor en dosis que pueden causar daño si no estás preparado, porque ya me dirás tú a mí cómo te quedas si te dicen “eres tan hermosa que hasta causas dolor” o “si tan solo pudiera vivir una noche más quisiera pasarla contigo”. Frases de película donde las haya, que a todas deberían decirnos en algún momento… o no. Y por eso, he aquí cuatro frases que todas deberíamos oír en algún momento de nuestra vida.

“Si le digo que no venga y se presenta, entonces sabré que me quiere”

Primer error: el de la mala comunicación. Me encanta ilustrar los hechos con dichos, y en las relaciones “las cosas claras y el chocolate espeso”. Eso que dicen de que los hombres no se complican es la gran mentira que se inventan tus amigas para tranquilizarte, y esto es una prueba clara de ello. Es un hecho probado que la mayoría de ellos ni parafrasean a Platón ni leen a Nietzsche he dicho la mayoría, pero, como nosotras, son claros profesionales de la psicología inversa. Así que, visto lo visto, conviene que no os quejéis cuando digáis eso de “¿estás enfadada?”, “no”, “ okkis carita sonriente”; estamos usando lo que nos enseñasteis en Pearl Harbor, chavales.


“Oye, ¿te importaría no venir a despedirme? es bastante duro decirte adiós”

Madre mía, qué momento el de las despedidas. Aeropuerto, tren, estación de Alsa, universidad… cualquier escenario es pertinente de prestarse a una despedida. Son malas, son duras, son perras, pero creo que se inventaron solo por el placer de los reencuentros. La distancia no se mide en kilómetros, se mide en las ganas que tengas de volver a ver a esa persona también en el dinero que tengas para comprar el billete. Personalmente, le tengo bastante manía a la palabra adiós; creo que el término adecuado cuando hablamos de “ese" tipo de despedidas es, sin lugar a dudas, hasta luego.


 “Escucha, solo hay algo a lo que le temo. A que puedas amarlo más que a mí”

Menudo triángulo amoroso: Ben Affleck, Josh Hartnett y Kate Beckinsale. Dicho esto, y con semejantes palabras, podemos concluir que nos encontramos ante un celoso educado. El sueño de toda chica. Nada de pollos innecesarios por WhatsApp, nada de enfados a horas intempestivas porque le has dirigido la palabra a tu primo segundo, ese del que desconocía su existencia. Imginemos un mundo en el que los celos se viven como si estuviésemos en el videoclip de “Amo a Laura”, un mundo en el que los chicos te piden permiso para tocarte allí donde la espalda pierde su casto nombre, un mundo en el que el doble check azul pasa a mejor vida, imaginemos ESE mundo. Más que nada imaginémoslo porque no va a existir, pero fue bonito mientras duró, eh.


“Querida Evelin, esto es diferente de lo que creía, hace frío, es tan fuerte que te llega hasta los huesos, pero hay un lugar donde puedo ir y recibir calor y es el pensar en ti; desearía estar allá contigo”

Y ahora decidme que no queréis ser Evelin. Una frase así entra como el Cola Cao con grumos por la mañana cuando no tienes que trabajar, o sea, solo. La combinación de la frase 3 con la 4 puede ser no apta para diabéticas, pero al final a nadie le amarga un dulce, y sentirse “Evelin” mola. Y que te escriban, ya sea una carta, un email o un WhatsApp un viernes a las 5 am también mola, porque al final a nadie le gusta pasar frío.


Con esto, cada cual que se enfrente a su guerra como pueda, pero una que se enfrente, porque como dicen en Pearl Harbor: "La victoria pertenece a las personas con fe".

 

Crédito de la imagene: popwatch.ew.com