'Tus padres también se equivocan': el libro que desmonta por dentro el concepto de familia

Sara Mesa muestra las heridas, mediocridad y fragilidad de la institución familiar en su último libro, titulado, 'La Familia'

Cuándo eres perqueñx los padres no son personas, son padres. Tus padres. Unos seres que saben todo lo que pasa en el mundo y que te dan seguridad. Son tu papá y tu mamá o tu papá y papá, o tu mamá y mamá, pero no son María y Francisco. No son personas con problemas, inseguridades, miedos o dudas. Son una especie de seres mitológicos que siempre saben lo qué hay que hacer, incluso en las peores situaciones. Hasta que un día te haces mayor y descubres que tus padres son humanos, y los ves dudar, llorar y sentirse inseguros. Lo mismo pasa con la familia que retrata Sara Mesa en su última obra, 'La familia'.

Socialmente, la familia aún es vista como un elemento casi mágico o al menos ideal, como uno de los pocos sitios seguros a los que recurrir. Uno de los pocos lazos sólidos en una sociedad cada vez más líquida. Una institución, que es así como la concibe el padre de la historia de Mesa, un proyecto vital que construir modélicamente bajo una especie de moral atea donde la sobriedad es lo más importante. Un hombre a quién admira su mujer, pues lo considera muy refinado y culto, ya que trabaja como abogado defendiendo causas solidarias y siempre lee filosofía. Eso sí, es una persona que no tiene reparo en juzgar las conductas de los demás que no considere “dignas”, como el hecho de tener sexo antes del matrimonio o hablar demasiado alto. 

Así pues, el proyecto de la familia, según el padre, es el de tener varios hijos, porque uno solo sale mimado. A pesar de que su esposa tuviera claro que no quería tener más después de parir el primero, Damián; y la segunda, Rosa, casi es un milagro. Los otros dos, Martina y Aqui de Aquilino, son adoptados. Será la mirada externa de Martina, que se queda huérfana ya bastante mayor, quien nos introducirá por primera vez en la novela.

“En esta familia no hay secretos”, así empieza la novela que a través de las voces corales de todos los miembros de la familia retrata las dinámicas de poder pasivo-agresivas ejercidas por un padre derrotado y que miente y una madre frustrada, prisionera de un estilo de vida que tan solo eligió queriendo. 

Una familia no siempre es hogar

Todo ello impacta de distintas formas en el desarrollo de cada uno de los hijos. De hecho más que ser hogar, parece una cárcel por como los niños son marcados. Para ello, eso sí, no se utilizan gritos ni malos gestos, tan solo la sensación de autoridad que infringe la figura del padre sobre ellos. La genialidad de Mesa, una vez más, radica en meterse en los claroscuros, en las grietas de la cotidianidad por donde se cuelan el ejercicio del poder más sutil y pesado.

Pero en 'La familia' nada ni nadie es lo que parece, o no al menos en el rol que cumple y que todos, pero todos se esfuerzan para cumplir a rajatabla. Adentrarse en esta novela es darse cuenta de que las familias están formadas por las personas con sus pequeñeces y sus vulnerabilidades. El animal mitológico se convierte, una vez más, en humano.