Oferta Y Demanda De Amor. Las Relaciones De Ahora Son Como Los Contratos Basura

En el terreno del amor ya no hay nada para siempre. Nos hemos convertido en eternos becarios y ya solo nos ofrecen los restos.

Eso de que nada es para siempre no solo dio título a una serie, es tan verdad como el número de parados que hay en España, incluso tan desconcertante como la playlist musical de Letizia Ortiz. Cierto es que ya no hay nada para toda la vida, pero entre esto y la fuga de cerebros lo único que nos queda son los restos.

Sí, queridos mileniales, si no teníamos suficiente con la precariedad laboral, el juego de tronos y el ¡pero cómo me voy a comprar una casa yo! ahora llegan las relaciones basura. Estaba claro que sin un sueldo decente se habían dinamitado nuestras ansias de procrear, pero si a ello le sumamos los contratos temporales que nos obligamos a firmar los pocos becarios solteros que quedamos, la cosa empeora. Sí, antes al menos se intentaba fingir que había posibilidades de ascender, pero ahora no, ahora desde un principio se dejan claras las bases del contrato, con un principio y un fin. 

Ya no existen las plazas eternas, así que la gran masa de becarios que nos hemos quedado nos dedicamos a enrrollarnos en bucle. Si no es este, será aquel, cuando acabe esto me quedará lo otro, y así sucesivamente. Pero, ¿quieres ser un freelance toda la vida?

Si además tenemos en cuenta que prácticamente dos millones de mileniales se han ido a procrear a otros países, las cuentas son muy claras: somos pocos y estamos buceando donde no hay peces… vamos, que la oferta y la demanda no están nada igualadas; ¿consecuencia? Acabamos aceptando cualquier cosa. Así que hemos terminado sirviendo cafés y haciendo fotocopias de nuestras relaciones porque ya no hay presión social. Tú sabes lo que quieres y la otra persona también, si te gusta bien y si no te vas, por lo que o aceptas este contrato basura o vendrá otro y lo hará en tu lugar.

El rollo está en que no te dejan opción, tu vida sexual y amorosa es como un currículo, vas apuntando todo lo que has aprendido pero no por más formado que estés vas a lograr un puesto para siempre. Tienes que currártelo día a día, ser una máquina y hacer horas extras sabiendo que el día 15 de cada mes reactivarás tu cuenta de Tinder por si acaso. Te obligas a estar siempre al acecho porque nunca sabes cuándo será tu último día de trabajo.

Sí, te has tirado X años de tu vida formándote en todo tipo de camas, y lo único que has conseguido es un contratillo basura, y porque tu amigo te la ha enchufado. Llevabas esperando la oferta ideal unos cuantos años y al final te has quedado con las prácticas esas que ya habías dejado y que tanto odiabas.

En medio de todo este percal ya no queda ningún sindicato, solo un enorme departamento de Recursos Humanos que tú mismo/a deberás crear si quieres poner orden en tu oficina. Contrates a quien contrates o firmes los convenios que firmes, acuérdate de leer bien las condiciones y pelea, aunque solo sea un contrato de obra y servicio. Y si quieres seguir nuestro consejo, no pierdas la esperanza, el contrato indefinido siempre acaba llegando, pero espera sentado, por si las moscas.

 

 

Créditos de la imagen: Flickr.com