Por qué la nueva de Batman revienta taquillas de cine

La última película, interpretada por Robert Pattinson, nos trae al superhéroe más oscuro y complejo mentalmente

¿Otra película de Batman? Parece mentira que, después de la serie de Christopher Nolan sobre el hombre murciélago y justiciero de Gotham, sea posible que una película sobre el héroe de DC Comics dé que hablar y reviente taquillas. The Batman, la última y enésima película del particular superhéroe sin superpoderes lo consigue, y con una fórmula arriesgada. Con más de 100 millones de dólares recaudados, es la película más taquillera del año y mejora a las anteriores de la serie. ¿Se convertirá en un clásico?

Si Nolan cargó las pelis de Batman de la complejidad psicológica que siempre ha caracterizado al director y el papel del Joker de Heath Ledger con su brutal interpretación antes de morir acabó de ensalzar sus grandes películas, luego fue una película precisamente sobre el malvado la que dio una relectura interesante a la historia del cómic. El cómic, por cierto, recordemos que fue creado en el año por Bill Finger en 1939, justo cuando empezaba la II Guerra Mundial, y desde entonces no ha parado de sumar fans y adeptos de todas las edades. Se han publicado centenares de números desde entonces y se han estrenado más de una decena de películas. 

Robert Pattinson coge el relevo de Ben Affleck, el último Batman que a su vez cogió el de Christian Bale. George Clooney, Val Kilmer y Michael Keaton son otros de los célebres actores que han hecho de Batman. La nueva recoge un poco la herencia de la reciente película Joker, que con un brillante Joaquim Phoenix, retrata a una persona con problemas mentales y explica cómo puede irse construyendo un villano a base de golpes del sistema. Esa fórmula, desde otro ángulo y recuperando la estética más oscura del cómic, es explotada por uno de los Batman más personales y profundos que podemos ver en la pantalla. 

Robert Pattinson que, como se bromeaba en las redes, ha tardado unos añitos en convertirse de vampiro a murciélago, ha pasado de icono sexual de adolescentes con Crepúsculo a tres cuartos de lo mismo para treintañerxs, pero es que además ha bordado el papel de superhéroe atormentado por la sed de venganza e incapaz de abrirse y demostrar que más allá de su capa y su noción del bien y del mal hay un mínimo de sensibilidad o empatía. Es en ese terreno sobre la bondad, los sentimientos y las tinieblas de Batman donde la nueva película lo borda, pero no solo. 

También hereda la película un tono detectivesco y de cine noir que la emparenta con thrillers como Seven o Zodiac. Y, por último, cuando hay que darse de tortas lo hace con un montaje y un ritmo que contentará a los amantes del cine de superhéroes más convencional. Cine oscuro y complejo con acción, mucho presupuesto y dilemas psicológicos muy de actualidad. Éxito seguro de público y crítica.