En las ciencias sociales, la palabra 'género' alude al "conjunto de caraterísticas diferenciadas que cada sociedad asigna a hombres y mujeres". Es decir, que el género es algo social y no biológico o físico. Aunque el interés por los límites del género nació en las ciencias sociales, cada vez más autores se han dedicado a investigarlo. Aquí te proponemos tres obras dos novelas y un ensayo que exploran la feminidad y la masculinidad y el limbo que las une. Pero, igual de importante, son libros que enganchan.
1. Middlesex

Esta novela ganó el Pulitzer. Eugenides, su autor, probablemente te suene porque escribió Las vírgenes suicidas, la novela que Sofia Coppola llevó posteriormente a las pantallas. Este texto cuenta la vida de una familia de inmigrantes griegos en Estados Unidos, y la protagonista es una niña hermafrodita que no sabe que lo es. Cuando nació, su familia decidió criarla como una niña y ella jamás se planteó que no lo fuera. Pero en la pubertad descubre que le atraen las otras niñas y ahí empieza un proceso de autodescubrimiento que irá mucho más lejos de lo que esperaba.
2. Orlando

Virginia Woolf fue una adelantada a su tiempo en todos los sentidos posibles y esta novela es algo así como un grito de libertad narrativa. Es una parodia a las biografías y está basada en la vida de una amiga suya.
Orlando, un joven aristócrata, protagoniza esta historia. Hasta aquí todo normal. Pero lo impactante es que Orlando vive cuatro siglos y que a mitad de novela se vuelve mujer. A pesar de que se publicó en 1928, trata temas tabú en la época como la sexualidad, la homosexualidad o el papel de la mujer en la sociedad del momento.
Se hizo después una película en que Tilda Swinton interpreta a Orlando.
3. Testo Yonqui

Beatriz Preciado es una filósofa que hace un ensayo gonzo sobre los límites de género. ¿En qué consiste? Bueno, ella va haciendo un estudio sobre la feminidad, la masculinidad, la sexualidad, la homosexualidad y las repercusiones políticas del género partiendo de sí misma. ¿Cómo? Explicando cómo afecta a su cuerpo y a su psique someterse a un tratamiento de testosterona. Cuenta desde su propia óptica cómo va cambiando, convirtiéndose a la vez en la investigadora y en el sujeto de investigación. Y a través de su vivencia nos demuestra que es más fácil cambiar la bioquímica corporal que las estructuras sociales.