Las cosas claras, si de algo tienen fama los futbolistas es de ser unos mujeriegos de cuidado. Tampoco estamos aquí para juzgar a nadie, la verdad es que si sumas fama, dinero y tener ‘veintipocos’ pues claro, lo normal es que se desmadren. Por eso lo raro es encontrar una historia de amor como la de Messi y Antonella, que bien podría inspirar a más de un guionista de pelis de amor pastelosas.
Desde niños juntos a todas partes

Messi y Antonella se criaron en el mismo barrio y se conocieron gracias a Lucas Scaglia, amigo de la infancia de Leo, compañero de equipo y el primo de Antonella. Un día Leo, Lucas y el resto de amigos jugaban a la Play en casa de Lucas después de un entrenamiento, cuando de repente apareció en escena Antonella que estaba en casa de su primo. En ese momento Messi se quedó en ‘shock’, eso sí que es amor a primera vista del bueno, conseguir que un niño de 9 años deje de jugar a la Play por una chica tiene mucho mérito. Desde ese momento Messi se las ingeniaba para estar siempre en casa de su amigo para poder verla y poco a poco se convirtieron en inseparables.
Un sueño que solo se puede cumplir en Barcelona

Con 10 años Messi ya empezaba a despuntar y se veía que tenía potencial de gran futbolista. Pero Leo dejó de crecer, literalmente, y después de varias pruebas los médicos decretaron que tenía una deficiencia en la hormona del crecimiento. Con esto Messi nunca podría ser futbolista y el medicamento era extremadamente caro, por eso su padre empezó a buscar clubes de fútbol para que ficharan a Leo y pudieran costearles el tratamiento, pero ningún club argentino lo hizo. El único equipo dispuesto a hacerlo fue el Barça, así que Leo se fue a Barcelona a cumplir su sueño de ser futbolista dejando a su amor de la infancia en Argentina.
Reencuentro inesperado

En 2004 Messi tiene 17 años, lleva 7 años en Barcelona y sabe de sobra que va a convertirse en futbolista profesional. Ese año va de visita a Rosario para ver a su familia y amigos. Mientras sus amigos están en la escuela, Messi decide dar un paseo por el barrio y justo ese día Antonella no fue a clase, cual escena hollywoodiense se cruzaron en la calle. Y ya sabéis, del "¿qué tal todo?" a palabras mayores a veces hay solo una paso qué fácil, ¿no? y desde momento los inseparables amigos de la infancia se convierten en novios.
Una pareja atípica

Que Messi es un tipo discreto está bastante claro, pero Antonella también lo es. Ambos llevaron su relación fuera de los focos y disfrutando de la vida como lo que eran, dos jóvenes que estaban haciendo realidad el amor de su infancia. Él empieza a convertirse en una gran estrella de fútbol pero le declara su amor incondicional a ella. Pocos son los gestos que se declaran en público hasta que esperan a su primer hijo, Messi lo hace oficial en un partido con Argentina y desde entonces el Instagram de Antonella está a tope de fotos con Leo y el resto de la familia.