Mamá, De Mayor No Quiero Ser Famoso

Astronauta, futbolista, veterinario, maestro... esas eran las profesiones que los mileniales queríamos ser cuando éramos unos críos. Sin embargo, hace unos días escuché a un niño decir lo siguiente: “Yo de mayor quiero entrar en un reality”. Hace 20

Astronauta, futbolista, veterinario, maestro... esas eran las profesiones que los mileniales queríamos ser cuando éramos unos críos. Sin embargo, hace unos días escuché a un niño decir lo siguiente: “Yo de mayor quiero entrar en un reality”. Hace 20 años era impensable escuchar esto, pues ni siquiera sabíamos qué coño era un reality. Sin embargo, desde hace tiempo vemos cómo gente sin oficio ni beneficio pasa de la noche al día de ser completos desconocidos a famosos con la cartera llena. Se convierten en el desafortunado modelo a seguir de alguna gente joven cuyas metas y objetivos todavía están difusos. Se encargan de protagonizar portadas y espacios en los medios de comunicación y colarse en tu día a día sin tu permiso. ¿Cómo hemos llegado a esta situación?


El origen: Gran Hermano

El nacimiento de los reality shows tal y como hoy los conocemos proviene de este programa con un éxito sin precedentes. Personas totalmente anónimas se convirtieron en cuestión de días en los reyes del mambo, la sensación del país. El fenómeno se fue extendiendo y la parrilla televisiva comenzaba a verse inundada de realitys de todo tipo. Los cachés subían, el interés aumentaba, el morbo crecía desconsoladamente: Operación Triunfo, Supervivientes, Hotel Glam, El Bus, Adán y Eva o Gandía Shore son algunos de los más notorios y polémicos. Y yo me pregunto: ¿por qué mierda nos importa lo que hacen cuatro ociosos encerrados en un plató de televisión? Pues oye, no lo sé, pero todos vimos GH, y el que diga que no, ¡miente!


Objetivos de los participantes

“Vivir la experiencia, conocerme a mí mismo, superarme, que mi gente sepa realmente cómo soy...”. ¡Los cojones! Lo que todos/as buscan es la pasta, dar el golpe definitivo que les haga famosos y empiecen a vivir del cuento. ¡Oye, que es muy lícito! pero no te engañes a ti mismo ni a los demás con argumentos baratos. Como ellos dicen siempre, ¡hay que ir de cara! Se puso muy de moda eso de la sinceridad y el hablar "a la cara".

Luego está el objetivo secundario: la plataforma, que parece también otro reality. Se trata de los concursantes cuyo objetivo no es hacerse famoso directamente, sino que les sirva de trampolín para convertirse en actor, en cantante, modelo, colaborador, etc. En definitiva, hacerse famoso.


Perfil del concursante medio

Lo lamento, pero vamos a generalizar, pagarán justos por pecadores. Los participantes de realitys son de lo más variopintos, y pese a que no todos son iguales, la mayoría comparten las siguientes características:

- Bajo nivel de estudios.

- Pocas expectativas profesionales.

- Desempleados o con un trabajo no cualificado y que no les llena.

- Les gusta la fama y los medios de comunicación.

- Encuentran en la televisión un motor de cambio en su vida.

- Tienen su propio dialecto.


¿Cuánto cobran?

Si bien a día de hoy los cachés de los concursantes de reality no son lo que eran, no están nada mal remunerados. En los inicios de todo este circo televisivo, uno de los productores de Gran Hermano afirmó que en la primera edición algunos concursantes se embolsaron más de 100 millones de pesetas durante y tras el programa. Sin embargo, actualmente afirma que con suerte pueden ganar alrededor de 50.000€. Que digo yo, si me pagan 50 mil eurazos por rascarme los huevos en una casa con cámaras... ¿dónde hay que firmar?

Seguro que habrás escuchado hablar de los míticos "bolos"... no es que se vayan a la bolera, se trata de eventos en los que el famoso presta su imagen e interactúa con los presentes. Hace unos 10 años se pagaban hasta 60.000€ por ir a un sitio y poner tu cara bonita en el photocall. Ahora, los ciclaos y operadas de MYHYV se tienen que conformar con unos 1000€ como máximo por bolo. Insisto, ¿dónde hay que firmar?

Ya no hablemos de los famosos, pues entonces nos arrancamos la piel a tiras y nos sacamos los ojos al ver lo que facturan cada semana. Se comenta que Belén Esteban cobraba unos 60.000€ ¡por semana!,por tocarse el papo en Gran Hermano. Vergonzoso. No sigo desvelando cachés porque mi sueldo no da para antidepresivos.

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Y tú, ¿quieres ser famoso o no?

Ahora que sabes los pros y contras de ser famoso, ¿qué harías si pudieras serlo? Yo lo tengo muy claro, ¡ni muerto! Personalmente, creo que muy pocos son capaces de aprovechar adecuadamente el tirón de la fama, ni qué decir, conseguir mantenerse en el mundillo con dignidad. Los demás, vuelven a su vida normal o incluso tienen problemas para recuperarse de esa etapa. Estar en lo más alto y caer estrepitosamente a la cruda realidad en cuestión de semanas debe ser realmente duro. Por otro lado, exponerte a la opinión pública sin ningún tipo de chaleco antibalas y rechazar a tu intimidad tiene un precio muy caro.