El Día Que La Maldición De Una Cabra Cambió La Historia De Los Chicago Cubs

La última vez que los Chicago Cubs se alzaron con alguna copa fue en 1908, con el 'Clásico de Otoño'. Desde entonces, habían estado en muchas semifinales,

La última vez que los Chicago Cubs se alzaron con alguna copa fue en 1908, con el 'Clásico de Otoño'. Desde entonces, habían estado en muchas semifinales, pero no conseguían rematar ningún título. Anoche, por fin, se rompió esa maldición y los Cubs vencieron en 10 entradas por 8-7 a los Cleveland Indians en el Séptimo Partido de las Series Mundiales que ganaron por 4-3 al mejor de siete, remontando un 1-3 adverso. Cuánto han sufrido y esperado para que llegara este momento. Y lo más jodido es que este equipo de béisbol llevaba 108 años sin ganar una competición por culpa de una cabra. Sí, como lo lees.

¿Una cabra?

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero Billy Sianis, un ciudadano de Chicago, encontró a su compañero más fiel en una cabra llamada 'Murphy'. Su relación era tal que llevaba al animal consigo al Wigrey Field, el estadio de los Chicago Cubs, con la convicción de que tan peculiar presencia daba suerte al equipo de béisbol.

Pero si algo sabemos de las cabras es que no huelen precisamente a Channel, y los distinguidos aficionados que compartían grada con Billy y Murphy se sentían incómodos. Pese a que el cuadrúpedo llevaba entrada, los mandamases del estadio le prohibieron presenciar el cuarto partido de las Series Mundiales de 1945, algo que no sentó demasiado bien al señor Sianis. Meterse con la cabra era pasarse de la ralla y antes de irse maldijo al equipo: los Cubs perderán esta final que dominaban 2-1 y nunca volverán a ganar un campeonato.

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Imagino que en Chicago se echarían unas risas con la 'maldición', al menos hasta que los Tigers les remontaron la serie y se alzaron con el título. Y es que el equipo de 'la ciudad del viento' no solo no ha vuelto a ser campeón, sino que ha estado 70 temporadas sin lograr llegar a las Series Mundiales.

El gato negro del Shea Stadium

La temporada de 1969 fue rara a más no poder para los Cubs, el primer síntoma serio de que algo pasaba. Iban primeros de su conferencia con un récord de 74 victorias y 43 derrotas cuando visitaron el estadio de los New York Mets. Durante ese encuentro un gato negro se paseó alrededor del capitán de los Cubs, Ron Santo, quien esperaba su turno de bateo. Los de Chicago perdieron el partido y a partir de ahí sumaron 18 victorias y 27 derrotas acabando en segunda posición.

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El incidente que desesperó a los Cubs

Todo esto puede parecer solo una mala racha, pero la maldición ha ido cogiendo fuerza cada una de las cuatro veces que los Cubs se han quedado al borde de jugar la final, siendo la de 2003 la más dolorosa e inexplicable. Ganaban 3-2 la serie y el marcador lucía un 3-0 a su favor en el sexto partido. Tocaban las Series Mundiales con la punta de los dedos. Con dos eliminados en la octava entrada, el bateador del equipo contrario, los Marlins, golpeó mal. Una bola a medida para que la recogiese Moises Alou y mandase el partido a la novena y última entrada con una cómoda ventaja para los de Chicago.

Pero justo antes de que la pelota cayese en el guante del jugador de los Cubs, la maldición tomó la forma de un inconsciente aficionado, Steve Bartman. Este fan trató de coger la bola, anulando la jugada y evitando la eliminación del jugador del equipo rival. A partir de ahí, los Marlins empezaron a remontar, acabaron ganando el partido 3-8 y los Cubs perdieron la serie en el séptimo encuentro. Desde entonces, Bartman ve los partidos desde casa.

 

Locos rituales para acabar con la maldición

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Se ha intentado de todo. Desde pasarle la maldición a los Astros de Houston llevando una cabra a su estadio, comerse un cabrito de 18 kilos entre cinco aficionados en menos de 14 minutos, hasta rociar el terreno de juego con agua bendita y electrocutar la bola que Steve Bartman tocó en 2003. Pero, sin duda, el más macabro intento tuvo lugar en 2007, cuando apareció una cabra colgada de una estatua cerca de Wigrey Field. Los aficionados de los Cubs sí que hacen cualquier cosa por su equipo.