¿Miedo? ¿Quién dijo miedo? Nada de lo que leas a continuación será tan fuerte como lo que vivirás en primera persona. No todo el mundo está preparado para vivir una experiencia paranormal. Porque no es cuestión de ser valiente ni de echarle huevos, hay que creer y no dar ni un paso atrás. Tienes que estar hecho de una pasta especial para pasar unas horas en lugares fantasmagóricos como estos.
Sanatorio del Santo Ángel de la Guarda de Navacerrada en Madrid

Este misterioso hospital se encuentra en la Barranca, una zona montañosa conocida como la Garganta del Infierno. Miedo es poco. En los años 40 se especializó en enfermedades como la tuberculosis, la polio, la lepra o el cáncer de pulmón. Más tarde, y hasta que en 1995 cerró sus puertas, fue reconvertido en hospital psiquiátrico. El sanatorio quedó tal y como lo dejaron: siguen allí desde las fichas y objetos personales de los pacientes hasta las batas blancas de los médicos e incluso las camisas de fuerza que utilizaban para los más violentos. Quienes se han atrevido a entrar aseguran haber sido testigos de puertas que se abren y se cierran constantemente y haber escuchado gritos de dolor en los pasillos.
El llanto de la niña del Palacio de Linares en Madrid

Es uno de los casos más sonados. Es imposible entrar en el Palacio de Linares y no pensar en todas esas historias que nos han contado sobre los marqueses de Linares. Cuenta la leyenda que el marqués José de Murga y Raimunda de Osorio tuvieron una niña, fruto del incesto pocos sabían que eran primos. Por miedo al 'qué dirán' la pareja decidió acabar con la vida de su hija y la enterraron allí. Miedo, ¿verdad? Pues esto no es nada. Desde entonces se escuchan voces, canciones infantiles, llantos de niño y gritos en los pasillos y salones del palacio. Dicen que es el espíritu de la pequeña Raimunda atrapada en un mundo que no le corresponde. Hoy en día hay visitas guiadas.
El fantasma de Catalina en la Casa Lercaro en Tenerife

Eran otros tiempos y Catalina hija de una familia de comerciantes genoveses que vivía en La Laguna fue obligada a casarse con un hombre mucho mayor que ella. La joven no lo pudo soportar y acabó suicidándose el día de su boda en un pozo que hoy continúa tapiado. Cuenta la leyenda que el fantasma de Catalina no se ha ido, sigue atrapado en la vivienda porque los sacerdotes de la época se negaron a que fuera enterrada en el cementerio. En la actualidad esta casa encantada forma parte del Museo de Historia y Antropología.
La antigua Fábrica de Tabacos en Sevilla

Desde que el edificio fue levantado en el siglo XVIII como la cárcel para los trabajadores de la Fábrica de Tabacos las presencias y las psicofonías han sido constantes. Este céntrico edificio fue reconvertido después en el Rectorado de la Universidad y, a pesar del paso de los años, algunos trabajadores aseguran que en su interior siguen pasando cosas extrañas, inexplicables: estruendos nocturnos, voces espeluznantes e incluso hay quien habla de apariciones a plena luz del día.
Terror en el Hospital del Tórax de Terrasa en Barcelona

En su momento era un centro especializado en enfermedades respiratorias. Las muertes, en estos casos, solían ser dolorosas y lentas, por lo que los internos comenzaron a suicidarse en masa desde la novena planta. Uno tras otro. Aunque actualmente está cerrado, son muchos los curiosos que se acercan buscando experiencias paranormales. Según los vecinos de Terrasa el hospital es un edificio maldito y muchos ni siquiera se atreven a pasear a su perro en los alrededores.
Demostrado, la curiosidad vence al miedo.