Crédito de la imagen: oddmag.it
Señor Löw,
Sobra decir que le respeto como entrenador, no en vano ha metido a la selección alemana entre las cuatro mejores en los cinco grandes torneos en los que la ha dirigido, incluyendo el título Mundial en 2014. Es usted una figura muy notoria en el mundo del fútbol, lo que hace aún más grave lo que expongo a continuación. En todos estos años, además de demostrar gusto por el fútbol de toque y predilección por sorprender a balón parado, también nos ha enseñado que es usted un tipo bastante guarro.
Lo que yo me pregunto es, ¿no eres consciente de que en los estadios hay cientos de cámaras grabando hasta el más mínimo detalles? ¿creías que nadie se percataría del incidente de los mocos? Puedo entender que no respirases bien y necesitases liberar las fosas nasales a toda costa, cualquiera se puede ver en esa situación sin tener pañuelos a mano. Lo que me parece un canteo es lo de comérselos. ¿Tan malo era el catering del hotel?
Los que no mata, engorda, ¿eh? Habrás notado que he pasado a tutearte, y lo hago porque así creo que va a calar más lo que quiero decir: para ya, joder, que hay niños mirando. En esta Eurocopa se te ha ido el asunto de las manos, no sé si es que las cerdadas en público son una especie de fetichismo o simplemente no eres consciente de lo que estás haciendo.
Estaba yo cenando mientras veía el Alemania-Ucrania en la que era una noche como otra cualquiera. Y entonces las cámaras te enfocaron. También mala suerte que el realizador pinchase la imagen justo cuando te metías la mano en la entrepierna y luego te sentabas en el banquillo para rozar el éxtasis olisqueandote los dedos. En un principio no quise creer a mis ojos, pero mis amigos me confirmaron por WhatsApp que la vista no me había engañado.
Y no te quedaste ahí, poco después repetiste la operación, en esta ocasión metiendo la mano por la parte trasera. ¿Por qué? ¿Qué lleva a un adulto a hacer esa clase de cosas ante los ojos de media Europa? A partir de ahí cada partido de Alemania fue un sufrimiento, nervioso ante la posibilidad de que en el momento menos esperado aparecieses en pantalla haciendo otra de las tuyas.
Pero ahora en serio, representas a una nación de más de 80 millones de habitantes. Aunque para ti, al igual que para el resto de personas del mundillo de los deportes, sea un trabajo, tenéis una responsabilidad tremenda. Sois la imagen en la que mucha gente se va a fijar, especialmente niños. ¿Cómo le explico yo ahora a mi primo que esas cosas no se hacen si ha visto al seleccionador nacional alemán haciéndolo en un estadio a reventar?
Y esto al fin y al cabo son tonterías y estás pagando el pato por algo que habría que recordar a todos los deportistas: sois figuras públicas cuyo comportamiento y valores influyen en muchas personas, y todos agradeceríamos que la próxima vez que quieras comprobar a qué huele tu cuerpo, antes recuerdes lo que implica.