‘Punki’: una novela de amor adolescente, drogas y huida

La nueva novela de Juarma está repleta de crudeza y ternura, por contradictorio que parezca

Tener 15 años nunca es fácil. Si a eso le sumas que creces en un pueblo pequeño donde eres el bicho raro y tienes un padre maltratador, es aún más complicado. Si le añades que la droga corre con mucha facilidad por tu entorno y no sabes cómo declararte a tu mejor amiga, sube aún más de nivel. Estos son los ingredientes que conforman la nueva novela de Juarma, Punki (Blackie Books), donde, a pesar de que puede parecer que las drogas son las protagonistas, se trata de un libro sobre el amor.

Drogas, amor y una adolescencia difícil

Conocemos por primera vez a nuestro protagonista Álex cuando era adolescente. Allí nos pone en contexto sobre su relación con Paula, su mejor amiga, con quién escucha CDs de heavy metal compartiendo los auriculares del walkman. Inmediatamente después nos encontramos con un Álex ya adulto que está esperando su turno en una consulta para conseguir desengancharse de la cocaína. Es así como, mediante flashbacks, Álex nos explicará cómo se enganchó a las drogas, las cuales eran la vía de escape de una adolescencia difícil.

La crítica social es uno de los hilos conductores. Sin necesidad de meterlo en calzador, Juarma muestra como las drogas no distinguen de clase social, pero sí dista mucho el impacto que pueden tener en la vida de alguien según el dinero que tenga. Villa de la Fuente es el escenario ideal para mostrarlo y Álex el testimonio de como pueden hundirte la vida cuando no tienes dinero ni recursos

La relación de Álex con la coca, no solo nos muestra las crudezas del mundo de las drogas, sino que es el trasfondo del motor de la novela: el amor. Querer, pero querer bien. Cuando hablamos de amor no solo nos referimos a las idas y venidas de Álex con Paula y la imposibilidad de confesarse, sino también del amor por uno mismo y el amor de los que siempre están.

Si el centro de la vida de Álex cuando es adolescente y se va haciendo mayor es su interés romántico, por así decirlo, ya de adulto nos encontramos con el amor que siente por su hija. El cual es el principal motor por el cual lucha contra su adicción. También es el amor de su familia, sobre todo de su madre, que a pesar de todas las recaídas nunca abandona su hijo.

Escrito con una prosa muy ágil y con ritmo, Punki es una novela que engancha, no solo por su crudeza sino por su honestidad. Donde a pesar de los momentos de oscuridad, no falta el humor y la ternura.