Llega el verano, con él, el tiempo libre y te encanta leer, pero el cerebro también te pide a gritos un poco de descanso. Por eso te proponemos estas lecturas que son ideales para una tarde de piscina o de playa. Que el sol sea lo único que te caliente la cabeza.
Delicioso suicidio en grupo
Arto Paasilina es un genio del humor negro. Esta novela empieza con un hombre que va a un granero con la intención de ahorcarse pero, cuando llega allí, descubre que otro tipo ha tenido la misma idea que él. Al frustrar sus mutuos suicidios, los dos hombres pasan la noche charlando y, de esa conversación, surge un plan: antes de matarse, van a hacer el viaje con la que siempre habían soñado. Durante su alocada excursión irán conociendo a más suicidas que se les unirán y descubrirán que, cuando sabes que estás a punto de morir, vivir es mucho más fácil.
El hematocrítico de arte
El hematocrítico se hizo popular en las redes sociales. En su tumblr, se dedica a cambiar los títulos de los cuadros de las obras de arte por otros más descriptivos y totalmente hilarantes. Como todo su ingenio no cabía en un único libro, ya va por el segundo volumen. Si te gustan los libros con dibujos y quieres aprender arte mientras te ríes un rato, corre a por él.
Cómo sobrevivir a un apocalipsis zombi con tu madre
Este es un manual de instrucciones para que no te pille por sorpresa el levantamiento de los no-muertos. Divertido y original, con un formato que imita los manuales de supervivencia, es una lectura perfecta para disfrutar de unas últimas vacaciones antes de que un montón de cadáveres intenten devorar tu cerebro.
Ni de Eva ni de Adán
Esta novela de Amélie Nothomb, que publica una al año, ha llegado al cine bajo el título de Romance en Tokyo. Con su original sentido del humor, Nothomb narra su historia de amor con su alumno japonés. Los malentendidos debido a la distancia cultural y la propia personalidad histérica del personaje protagonista hacen de esta una lectura a la vez tierna y entretenida.
Sheila Levine está muerta y vive en Nueva York
Sheila Levine es una especie de Bridget Jones judía y neoyorquina. Es una treintañera soltera que escribe esta larga y descacharrante nota de suicidio en la que explica que no merece la pena vivir en un mundo en que los vendedores juran vender helados sin calorías pero que, en realidad, las tienen. Rozando el absurdo y sin perder un cínico sentido del humor, esta es una buena lectura veraniega.
Querkles. Obras maestras.
Si ya has terminado de leer y lo que quieres es distraerte un poco, este libro es estupendo para pasar el rato. Pavitte, que ya había sacado varios libros en los que había que unir 1000 puntos para descubrir retratos o paisajes icónicos, ha inventado este original pasatiempo que consiste en colorear círculos empleando cinco tonalidades diferentes, de más oscura a más clara, para ir revelando diferentes cuadros de la historia del arte.