En 2014, alrededor de 3,6 millones de mujeres fueron advertidas, sancionadas o arrestadas en Irán por no llevar la vestimenta adecuada en territorio público, llegando a considerarse delito por Esmail Ahmadi-Maghaddam, dirigente de las fuerzas de seguridad del país.
Hoy, el movimiento impulsado por Masih Alinejad, una periodista y abogada iraní, defensora de la libertad y los derechos de las mujeres en Irán, es un hecho. La creación de su página en Facebook, My Stealthy Freedom, ha revolucionado las redes y hoy cuenta con más de 852.000 seguidores. Masih empezó subiendo fotos de ella misma con y sin Hijab, obligatorio en Irán desde 1979, mostrándose con ambas a gusto pero con la obligación moral de reivindicar la necesidad de un país donde convivir con ambas modalidades.

En esas fotografías se muestra con su pelo al descubierto como protesta. Muchas de ellas simplemente expresan sus ganas de sentir el viento en su pelo. Algo tan simple como esto. Algo tan simple pero olvidado en Irán.

Muy poco tiempo después se le sumaban otras mujeres con el mismo sentimiento de protesta. Para su sorpresa, muchos fueron y son los hombres que también apoyan su iniciativa, publicando fotografías con sus mujeres o amigas besándoles el cabello o simplemente felices a su lado, al lado de una mujer que ha podido decidir por sí misma.
"Creemos en la Hijab, pero odiamos que la Hijab sea impuesta".
Alinejad solamente quiere y pide, para el país en el que nació y que es su tierra, poder pasear por Irán como ahora lo hace en Estados Unidos: un lugar en el que convivan diferentes culturas y costumbres, un lugar en el que cuando se crucen dos familias, las mujeres de una de ellas puedan llevar el Hijab y ella por ejemplo no, porque así quieren salir ese día a la calle, porque les favorece, les combina con la ropa que llevan, porque se sienten seguras o porque simplemente les apetece.

"Mira eso, dos mujeres con pañuelo y dos mujeres sin él. Solo caminan las unas al lado de las otras, sin juzgarse. ¿No es maravilloso? Yo quiero ver eso en mi país".
Ese cruce de miradas y de libertades de expresión es lo que dejó asombrada a Masih y que desea con todas sus fuerzas. Un cruce en el que se imagina junto a su madre en Irán, caminando tranquilamente. Madre e hija de la mano con creencias distintas pero pudiendo convivir libremente en el país donde se criaron, sin miedo a ser penadas por ello.
Ya sea por razones religiosas o no, esta periodista se quedó enamorada de la diversidad existente en Estados Unidos por la ineludible decisión de la mujer independiente.
A continuación, os dejo con el vídeo-reportaje de Masih Alinejad donde el tono de Masih y la serenidad por la que se caracteriza no podrán dejaros indiferentes: