Leyendas Del Rock: Sid Vicious

“Vive rápido, muere joven”. Si hay alguien que encarnó el espíritu punk de los años setenta en Reino Unido, ese fue Sid Vicious

“Vive rápido, muere joven”. Si hay alguien que encarnó el espíritu punk de los años setenta en Reino Unido, ese fue Sid Vicious, muerto a los veintiún años por una sobredosis de heroína que le proporcionó su propia madre durante, como te contamos la semana pasada, su primera fiesta en libertad tras salir de la cárcel.

No queríamos que te quedaras solo con el recuerdo de su paso por prisión acusado del asesinato de Nancy Spungen, su novia, la madrugada del 12 de octubre de 1978 y su temprana aunque no inesperada muerte, así que nuestra “Leyenda del rock” de hoy va dedicada al bajista de los Sex Pistols que, en compañía de Johnny Rotten, revolucionaría la escena musical durante un corto pero intenso periodo.

Nació en 1957 y fue abandonado por su padre al poco tiempo. Mucha gente desconoce este detalle, pero Sid Vicious y, sobre todo, su madre, fueron pioneros en nuestro país de un floreciente negocio: la venta de drogas en Ibiza, donde se establecieron a principios de los sesenta. Volvieron a Inglaterra en el '65 y para cuando el joven Simon John tenía diecisiete años ya se picaba la vena junto a su madre, también adicta.

No encontraréis a Sid Vicious en ningún ránking de mejores bajistas. Puede que ni siquiera aparezca en una lista de bajistas: apenas sabía tocar el instrumento, sus propios compañeros se lo desconectaban frecuentemente durante los directos y, de hecho, solo grabó una de las canciones del legendario Never mind the bollocks. Here's the Sex Pistols, pero si hay algo que necesita el rock además de buenos músicos, es gente con actitud, y a Simon John Ritchie le sobraba.

Fue el último miembro en incorporarse al grupo en sustitución de Glen Matlock y su debut no tuvo lugar hasta el 28 de marzo de 1977 en el Notre Dame Hall de Londres, cuando la banda ya llevaba dos años tocando junta y se había hecho un nombre en la escena underground londinense. Por aquel entonces, acababan de firmar con Virgin, su tercera compañía en medio año tras romper A&M Records el contrato que mantenía con el grupo. Seis días duró aquella relación en la que tuvieron tiempo de destrozar el baño de las oficinas Sid Vicious terminó con el pie cortado y sangrando por todo el recinto, enfrentarse a los empleados y amenazar de muerte a un amigo del director de la compañía. La mayor parte de las 25.000 copias del single God save the queen, con No feelings en la cara B, fueron destruidas.

El lanzamiento del sencillo se hizo coincidir con las celebraciones por el veinticinco aniversario del reinado de Isabel II. En apenas diez días, habían conseguido vender cincuenta mil copias. El 7 de junio ofrecieron un concierto por el río Támesis a bordo de un barco contratado por la compañía discográfica. La aventura, que pretendía ser una parodia del desfile real que tendría lugar dos días después, acabó en un muelle cercano, rodeados por la policía y con la mayor parte del equipo detenido.

Las canciones de los Sex Pistols tuvieron que enfrentarse a las críticas, el boikot y las leyes británicas desde antes incluso de salir al mercado. Los trabajadores de la planta de prensado contratada por A&M Records se negaron en un primer momento a imprimir la portada del single. Muchas tiendas se negaron a vender el disco, fueron censurados por la BBC, vetados en todas las emisoras de radio independientes y llevados a juicio tras la publicación de Never mind the bollocks por incluir esta última palabra en el título. La polémica no hizo sino convertir este único trabajo en una obra de culto inmediata. Si toda la sociedad biempensante inglesa y el establishment político estaban tan furiosamente en contra, algo bueno debía de tener.

En 1978, el grupo se embarcó en una gira por Estados Unidos que supondría la disolución del grupo. El viaje estuvo marcado por problemas constantes, tanto entre los propios compañeros como con el público que asistía a sus conciertos, al que insultaron y llegaron a agredir. Vicious, ya completamente enganchado a la heroína, fue incontrolable. Sus compañeros tuvieron que ir a recogerle unos días después de llegar a un hospital de Memphis donde había sido ingresado. Apareció con las palabras “gimme a fix” dame un pico grabadas en el pecho con una cuchilla. El 17 de enero de 1979 decidieron poner fin a su relación.

Bob Gruen, fotógrafo que acompañó al grupo durante su periplo americano, cuanta que, mientras cenaba en un restaurante con Sid Vicious, un tipo se le acercó y le preguntó mientras se apagaba un cigarrillo en la palma de la mano que si podía superar aquello. Vicious, sin contestar, agarró el cuchillo, se hizo un profundo corte en la mano y siguió comiendo mientras la sangre chorreaba en el plato.

Existe una película, Sid y Nancy, del director Alex Cox, estrenada en 1986, que refleja los últimos años de vida del cantante y su destructiva relación con Nancy Spungen, incluyendo la historia del asesinato de esta, el encarcelamiento del músico y su posterior fallecimiento. No es una joya, pero merece la pena echarle un vistazo.