Setenta y tres años hubiera cumplido Lou Reed ayer si aquel hígado que le trasplantaron en 2013 hubiera funcionado mejor. No lo hizo, pero no por ello vamos a dejar de celebrar en Código Nuevo el cumpleaños del responsable de inventar todo eso que ahora conocemos como rock alternativo.
Quiso escribir “La gran novela americana” en disco
Todo empezó, seguramente, durante sus años en la Universidad de Siracusa, donde conoció al poeta Delmore Schwartz, que le animaría a dedicarse a la literatura, y donde entró en contacto con la música experimental y el jazz. Durante esos años comenzó también a trabajar como compositor para Pickwick Records. Literatura y música quedarían desde entonces inseparablemente unidos para un Lou Reed que, en no pocas ocasiones, declaró sus intenciones de llevar la sensibilidad de la literatura a la música o escribir “la gran novela americana” en forma de disco. The Raven 2003 es un disco conceptual dedicado a musicar poemas y cuentos de Edgar Allan Poe.
Sufrió una terapia de electroshocks para “curar” su homosexualidad
Antes de mudarse a Nueva York tuvo lugar otro de los episodios que marcarían su vida: la terapia de electroshocks a la que le obligaron a someterse con catorce años para intentar “curar” sus tendencias homosexuales en realidad, fue bisexual. El músico hablaría de esta terrorífica experiencia en la canción Kill your sons, del álbum Sally can't dance 1974, y en una entrevista concedida en 1996:
"Te meten el chisme en la garganta para que no te tragues la lengua y luego te ponen electrodos en la cabeza. Eso es lo que recomiendan en el Hospital Estatal de Rockland para disuadir de los sentimientos homosexuales. El efecto es que pierdes la memoria y te conviertes en un vegetal. No puedes leer un libro porque cuando llegas a la página 17 tienes que volver a empezar".
Fundó The Velvet Undergound
En 1964, fundaría junto a John Cale The Velvet Underground, una de las bandas, aunque no tuvieron apenas éxito comercial, más influyentes de la historia. Su primer disco no vendió demasiado durante los primeros años hoy es pieza de coleccionista, pero el músico Brian Eno supo resumir muy bien lo que supuso la Velvet para la música: “Todos los que compraron uno de esos 30.000 ejemplares comenzaron una banda”.
El mánager de aquel grupo, cuyo nombre surge de un libro sobre sadomasoquismo que encontraron tirado en la calle, fue Andy Warhol, y para la historia quedan canciones antológicas de un rock nunca escuchado hasta entonces y plagadas de drogas, camellos y travestis, temas nada habituales en la época.
Como a todo genio, se le fue la pinza alguna que otra vez
Autor de obras discutibles como el concierto para perros que ofreció en Sydney junto a su mujer y artista conceptual Lauri Anderson, el disco Lulu que grabó en 2011 con Metallica o Metal Machine Music, habitualmente incluido en las listas de peores discos de la historia aunque en su defensa puede argumentarse que fue el truño que le entregó a RCA Records, su discográfica de entonces, para quitárselos de encima cuando aún le faltaba, por contrato, un trabajo, la carrera de Lou Reed en solitario está plagada de éxitos incontestables que tuvieron su punto álgido en el bienio 1972-1973, donde vieron la luz dos discos imprescindibles para la historia del rock: Transformer y Berlin.
Amor y hostias con David Bowie
Mucho que ver en todo esto tuvo David Bowie, al que conoció en The Factory, el estudio de Andy Warhol, durante un viaje a Nueva York para firmar un contrato con RCA Records. La conexión fue casi inmediata. Transformer está producido por él y por su guitarrista de entonces, el genial Mick Ronson, que se encargó de poner orden en la maraña descontrolada de melodías, ruidos y acordes con los que Lou Reed se presentó en el estudio.
La historia entre Lou Reed y David Bowie incluyó no solo grandes canciones y cierta ambigüedad sexual, sino que también terminaron a hostias. La pelea tuvo lugar durante una cena en 1979. Al parecer, el americano se lanzó contra Bowie y comenzó a pegarle puñetazos en la cara. Consiguieron separarlos e incluso llegaron a reconciliarse, pero duró poco, porque Reed volvió a emprenderla a golpes contra él y, finalmente, fue obligado a abandonar el restaurante. Los motivos nunca han sido aclarados.
Últimos años
Según una carta publicada por su mujer en The New York Times, Lou Reed cayó muerto mientras practicaba Tai Chi, una de sus pasiones en la última etapa de su vida, como refleja su último disco en solitario, Hudson River Wind Meditations, un disco de música para meditar. Por lo demás, sus últimos trabajos fueron colaboraciones como la citada con Metallica, el tema Tranquilize con The Killers o este Some kind of nature con el que nos despedimos hoy, grabado en compañía de Damon Albarn y sus Gorillaz, que interpretó en directo en 2010 en el festival de Glastonbury: