Mientras me enseña su iPhone, convertido desde hace tiempo en su estudio de grabación personal, hablamos sobre la convaleciente escena rock española, la escasez de público... y los impresionantes shows en directo que está ofreciendo desde hace un tiempo por toda la geografía española. Nos servimos un café y, mientras arrastra su dedo por la pantalla, circulan ante mí archivos de audio de nombre desconocido. Ahí está el Ariel Rot del futuro, sus ideas, esbozos y maquetas. Eso será, como nos cuenta en esta entrevista, para 2016. Hablamos sobre la llegada del cuatro pistas y las cajas de ritmos. Ariel Rot ya estaba allí. Triunfó con Tequila, triunfó con Los Rodríguez y, desde entonces, viene entregando algunos de los discos más brillantes del rock en español.
Una leyenda del rock por derecho propio. El músico que ha escrito algunas de las mejores canciones de nuestra historia y uno de los mejores guitarristas que se suben actualmente a los escenarios. Un derroche de clase y oficio que, en su última entrega, La huesuda, dio un nuevo giro. Con este último trabajo, que tuvo que enfrentar ciertas dificultades desde su lanzamiento, empieza esta entrevista.
¿Qué pasó con La huesuda? Se juntaron varias cosas, tuviste que cancelar varios conciertos por enfermedad, se anunció una gira con Leiva y Loquillo...
Fue todo bastante confuso con La huesuda. Cuando ya teníamos fecha, salió lo de Uno de los nuestros [una gira conjunta con Leiva y Loquillo]. Teníamos la opción de, o retrasar el disco, o pensar que a lo mejor sumaba y aprovechar la promoción de Uno de los nuestros, pero al final ninguna de las dos fue muy bien. Hubo un error de cálculo porque realmente era una producción muy cara. Eran tres bandas con tres cachés. No era una gira con una banda común. No siempre el hecho de sumar rinde. Yo me imagino que los fans de Leiva... finalmente, si no te gustaban los tres grupos...
¿Igual no te merecía la pena?
Exacto, porque al final escuchabas cincuenta minutos de cada artista y las entradas eran caras. Hubo que bajar un poco las expectativas.
En La huesuda, continúas trabajando con José Nortes, el productor que te acompaña desde Lo siento, Frank. Siempre me ha dado la sensación de que, a partir de ese disco, se produce un giro en tu trayectoria. ¿Podríamos hablar de una nueva etapa dentro de tu carrera en solitario a partir de ese álbum? ¿Qué parte de culpa tiene José Nortes?
No sé si tiene que ver, también coincide con varias cosas: el nacimiento de mi primer hijo, Mateo, con mi primer disco con cuarenta años, ya cuarenta y dos creo que tenía cuando salió el disco... me imagino que abrí un poco el universo musical y me aparté del disco más... con los clichés del rock, e incorporé otras cosas y jugué con nuevos elementos, y tal vez fue la primera vez que lo hice, pero... dentro de cada etapa hay muchas capas, si nos ponemos a investigar y profundizar... también La huesuda es otra etapa nueva que tiene que ver con el show [en solitario] que estoy haciendo ahora, pero... sí, podría ser mi primer disco de la madurez. Pero José Nortes no se mete mucho en la composición de las canciones, no se mete nada en eso. Es un productor más discreto en cuanto a la parte conceptual, no es un hacedor de éxitos, es un productor estrictamente musical, y al mismo tiempo también es muy fan, es muy raro que me tire para atrás alguna idea.
Obviamente, con José voy compartiendo mi material desde que lo voy componiendo prácticamente y a veces, algo que yo quiero desechar, de repente él me da ánimos para seguir adelante y a veces me critica alguna parte de algún tema... Digamos que José empieza a intervenir seriamente cuando estamos grabando las bases, si es necesario. Si no, no se mete, pero ya cuando me quedo con él solo es cuando empieza más su trabajo y, después, la post-producción, que ya tenemos tanta confianza que directamente la hace él solo. Yo solo escucho las mezclas y doy mi aprobado... o no, pero ya escucho los temas prácticamente montados. Pero sí intervengo mucho en la producción. Soy ese tipo de artista que lleva las cosas bastante claras al estudio.
En cuanto a los temas, se siguen desarrollando las mismas ideas que incorporabas en Solo Rot, tu anterior disco, en torno a la madurez, el paso del tiempo, pero musicalmente sí que hay un gran cambio en La huesuda.
No sé si gran... pero hay un cambio. Yo diría que es más un cambio de atmósfera que de composición, porque considero que en mis discos desde siempre aparecen diferentes géneros: aparece swing, aparece algún tema latino, pero digamos que huí un poco de la instrumentación característica del rock y el piano es el que lleva el timón de la grabación. Me entusiasmé con mi faceta de pianista y estaba en un momento de mucho idilio con el piano y componía casi todas las canciones con este. Todas las canciones las escribí con el piano excepto una, La huesuda.
¿Ha tenido mucho que ver este nuevo formato en solitario con el que estás girando ahora en tu renovada afición por el piano?
Sí, lógicamente. Sí, cuando se me ocurrió la idea dije, bueno, vamos a probar un par de shows solo a ver qué pasa y ya debo de llevar como cien... y todavía me sigo poniendo nervioso. Cuando se me ocurrió esto, pensé que sería muy divertido llevar muchos instrumentos, incluso más de los que terminé llevando. En algún momento pensé incluso en hacer una canción solo con el bajo, pero ya era complicar demasiado las cosas.
Finalmente, hice mi primer show, debuté y fue muy punki toda la parte del piano, tocando muy fuerte... había que limar mucho ahí y me puse a estudiar piano durante unos meses. Con Federico Lechner. Músico de jazz, un pianista espectacular y un amigo. Por un lado, directamente sobre las canciones que iba a tocar, el setlist. Luego lo fui ampliando, siempre voy agregando temas nuevos, algo de técnica y algunas piezas que él me pasaba. Me pasaba varias horas al día tocando el piano. Ahora está completamente vetado, el próximo disco tiene que ser todo compuesto con guitarras.
Tenía mucho que aprender. Tú has visto el show y ves que no es simplemente tocar las canciones y acompañarme, sino buscarle un poco de complejidad instrumental a las canciones, que haya partes instrumentales...
Sueles insistir en Facebook en que es un show solo pero no acústico
Sí, se tiende mucho a ese concepto, porque en realidad es el que impera. Los artistas o las bandas cuando, por todo este asunto de tener que ajustar un poco el presupuesto, optaron por reducir personal, inmediatamente pensaron en el acústico y sin embargo mi show es cada vez más show de rock&roll. Lo estoy haciendo más en garitos. Al principio trataba de hacerlo en teatros y en horarios donde la gente no estuviera muy exaltada. Ese año decidimos no tener prejuicios y se agradece porque de repente es otro tipo de público el que va a un garito a las diez, once, que el que va a un teatro a las nueve, que es más un matrimonio...
¿Y qué tal llevas el ruido?
Hay más ruido. En realidad, los que peor lo llevan y a quien peor parte les toca es a los fans, porque por unos pocos no pueden disfrutar del show. Hace que pierda intensidad. Toledo fue más tranquilo, y este fin de semana en La Coruña la gente estaba muy a tope. Había mucha energía, en Salamanca también. Un show muy alocado. Yo en realidad me doy cuenta cuando paro, porque pido mucho volumen arriba del escenario pero, claro, estás ahí, tienes un tío que está hablando y te jode.
Le estás dando una vuelta de tuerca a tus propias canciones, a los temas de los Rodríguez, de otras etapas en solitario. ¿Tienes ganas de experimentar con estos temas o lo haces porque estás cansado de tener que interpretar siempre esas cinco o seis canciones?
Son canciones mías y son buenas. Fíjate que no toco canciones de Tequila porque, yo qué sé, podría salir a hacer un show solo con canciones de Tequila y la gente estaría contenta, porque son buenas. No son concesiones. Siempre se crea una energía muy especial cuando tocas un tema que se convirtió con los años en un himno y no hay por qué renunciar a eso. Así como es bonito tocar una canción súper íntima, que solo conocen los fans.
Si por ejemplo toco en un gratuito, con la banda, ahí sí es donde tengo que guardarme algunas balas en la cartuchera por si es necesario en algún momento pero, vamos, lo llevo sin ningún complejo. Así como escucho desde... yo qué sé... jazz hasta el rock más básico... pues también me gusta tocar rock&roll básico. Cuando con la banda hacemos un popurrí de Tequila, con tres canciones pegadas y un blues, es un momento muy fresco, de más divertimento. Hay un momento para las grandes canciones y hay un momento más para el rock&roll, y eso está bien.
Dijiste en una entrevista que “el rock se ha convertido en una música de culto, minoritaria, no es el lenguaje que representa la juventud”. ¿Por dónde va ahora el rock...? ¿qué nos queda? ¿qué podemos esperar de él?
Con respecto al rock. A mí me parece que ahora va a escuchar rock quien le gusta el rock, excepto casos como Fito & Fitipaldis y grupos así, que la gente va a ver por una actitud borreguil, porque hay que ir. El rock se masificó en España cuando el rock estaba en las listas de ventas... ¿Realmente a esa gente le gustaba el rock o era que la gente estaba una vez más manipulada y el rock era lo que había que venderles en ese momento y lo que molaba vender? Desde que las radios no ponen nuestros discos, la gente que viene a los conciertos es la gente que tiene que venir, salvo los que hablan.
Entonces es mucho una actitud... eso, de manipulación y borreguil, yo creo que, ¿qué nos queda? Nos queda utilizar el rock como nuestro lenguaje, con el que aprendimos a comunicarnos, pero comunicar nuestras experiencias actuales, no quedarnos en el cliché de lo que era el rock en los cincuenta o cuando teníamos veinte años. Hemos demostrado que con el rock podemos llegar a un arte mayor y a textos más profundos y de calidad. Nos queda mucho en ese sentido.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Continúa el sonido Huesuda? Has dicho que querías un disco más de guitarras...
Un disco donde la guitarra va a ser más protagonista. La guitarra... siempre fui un guitarrista bastante discreto en mis discos. Tengo ganas de hacer un disco donde la guitarra se luzca más, no sea tan sutil.
¿Hay algo planeado? ¿Fechas? ¿Sigues componiendo temas?
No, no, sigo componiendo y digamos que por una cuestión un poco de calendario que impone la industria a artistas como yo, no podemos sacar disco a partir de de septiembre-octubre, porque no nos queda lugar en los medios. Está todo totalmente copado por los grandes lanzamientos, entonces yo creo que me voy a esperar a enero, ya en 2016. Tengo unos cuantos temas, voy a seguir componiendo, y me pondré a grabar en septiembre-octubre...
¿Vas a volver a La Cabaña [su estudio de grabación habitual], con José?
No lo sé, no lo tengo decidido. No tengo ni idea ni de con qué músicos ni con quién lo voy a hacer.
Volvamos al pasado, pero esta vez al pasado muy reciente. 25 julio de 2014: telonero de los Rolling Stones acompañando a Leiva y Carlos Tarque. Quiero saber cómo es.
continuará... mañana publicamos la segunda parte de esta entrevista con Ariel Rot.