Que LeBron James es uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA es algo que nadie discute. El Rey, tal y como se le conoce, acaba de ganar su tercer título de campeón y ha hecho que Cleveland Cavaliers, el equipo de su vida al que volvió tras cuatro años jugando en Miami, haya conseguido el primer campeonato de su historia. Su trayectoria en la NBA, sin embargo, va mucho más allá de lo deportivo y puede servirte de ejemplo, porque en su experiencia hay un relato de superación, persistencia, inspiración y de realidad como la vida misma que tú y todos tendríamos que tener presente:
Ser el elegido
Sí, seguro que has vivido esa sensación de tener todos los ojos encima. Esa tía o abuela que te viene el día de Navidad y te dice: “Tienes que aprobarlo todo y ser el mejor de tu promoción, que toda la familia tiene muchas esperanzas puestas en ti, eres el más listo de todos”. De acuerdo, quizás no es lo mismo que tener a toda la prensa diciéndote que tienes que ser el nuevo Michael Jordan antes de ser profesional, pero vamos, ¿no es suficientemente complicada la vida como para tener que responder a las expectativas de los demás?
Quedarte a las puertas del éxito
Por si la presión que tienes cuando empiezas a volar del nido fuera poca, ¿hay algo que fastidie más que quedarse a un paso de conseguir un logro? 'Encajas con el perfil que buscamos, pero ahora mismo no podemos ofrecerte la plaza' o 'Te has esforzado mucho, es un trabajo de diez, pero no podemos darte la beca'. Jode, ¿verdad? Pues ese es el sentimiento que arrastró LeBron cuando llegó a la Final de la NBA con 22 años y se quedó a las puertas de la gloria al caer contra los Spurs de Duncan. Porque sí, a veces, por mucho que te esfuerces, la vida te responde con una hostia.
Irte fuera para lograr tu objetivo
Es complicado, lo entendemos, pero plantéatelo. Si aquí no te dan las oportunidades necesarias para triunfar, ¿por qué no probar fuera donde tienes muchas más probabilidades de conseguirlo? De acuerdo, en casa te quieren mucho, pero es TU vida y tienes que vivirla, así que vuela. Eso es lo que hizo James, que en 2010 dejó los sentimentalismos a un lado y se fue de Cleveland para buscar la gloria en Miami y conseguir ganar allí sus dos primeros anillos de campeón.
Volver a casa más fuerte
Bien, ahora ya has probado la experiencia de vivir lejos de los tuyos y como a James, te entra la nostalgia. Está bien, vuelve, ¡no hay ningún problema! Por mucho que alguien se molestara porque te fueras, si de verdad te quiere, te perdonará, como le pasó a LeBron, y ahora es TU momento. Si has podido con todo y has conseguido tus objetivos a kilómetros de distancia, ¿por qué no vas a lograrlo aquí? Tu vida te espera y estarás curado de espantos, serás más fuerte que antes.
No rendirte nunca
Fácil de decir, difícil de cumplir, pero hay que persistir, si no, que se lo digan al Rey. En su primer año de vuelta a Cleveland, en 2015, perdió la final contra los Warriors de Curry, y esta temporada, con 3-1 en contra en la eliminatoria, ha ganado tres partidos consecutivos para ser campeón. Así que aplícate el cuento, por mucho que las cosas se compliquen cuando vuelvas a casa, o en cualquier situación, no te rindas, cree en tus posibilidades, porque si tienes un sueño y lo das todo por conseguirlo, el destino suele reservarte la llave del éxito. Ve a por ello.
Cinco lecciones que podrían ser muchas más, pero que reflejan lo que muchos se empeñan en negar, que hasta las mayores estrellas del deporte son personas, como tú, como yo, como todos. Cae, aprende, levántate, supérate y triunfa. Si LeBron lo ha conseguido, ¿por qué no puedes hacerlo tú?