Lo Último De Katy Perry: De Niña Frívola A Activista Política De Moda

Es fácil darse cuenta de que si Estados Unidos fuese una persona, esa sería Katy Perry. Todo bonito y brillante hacia fuera, pero con algunos valores un tanto cuestionables por dentro. Pero, por si no te habías dado cuenta, tiene pinta de que esto es

Es fácil darse cuenta de que si Estados Unidos fuese una persona, esa sería Katy Perry. Todo bonito y brillante hacia fuera, pero con algunos valores un tanto cuestionables por dentro. Pero, por si no te habías dado cuenta, tiene pinta de que esto está empezando a cambiar poco a poco. Si a lo largo de su carrera Perry nos había cantado lo genial que es despertarse en Las Vegas y no acodarse de nada del día anterior, le había agradecido a Dios su apoyo para poder superar su divorcio, e incluso había intentado convencernos para alistarnos al ejército estadounidense con Las Vegas, ahora, lo que toca en USA, es meterse en política.

Su nuevo single, Chained To The Rhythm, es su nueva arma para acabar con la presión que hacen sobre nosotros, e intentará despertarnos de la burbuja en la que estamos sumergidos. Para empezar, pongámonos en antecedentes. Con su debut Chained To The Rhythm, el mundo se le echó encima: feministas, homosexuales, religiosos e incluso sus padres. Y la verdad es que con sus letras se cubrió de gloria. Fingía haberse besado con chicas simplemente para pasárselo bien y para poner cachondos a los tíos, buscaba encajar en los cánones de belleza que las mujeres debían seguir para gustar a los hombres, e incluso llamaba gay a su ex por "no ser demasiado hombre".

Pero todas estas perlitas se nos olvidaron rápido. Con lo bien que sonaba en las radios, ¿quién tenía tiempo para fijarse en las letras?

Con el segundo álbum pareció haber aprendido más valores sociales e intentó guiar su carrera de otra forma: mujer blanca y heterosexual que apoya muchísimo a los gays y a las gordas. Y ahora mismo ha decidido echarse a las calles y convertirse en la artista más activista de esta generación. Además de defender muy firmemente la candidatura de Hillary Clinton —y no solo como mejor opción contra Trump— ha encabezado protestas feministas, proaborto, proLGTB e incluso del Brexit esta semana. Pretende cambiar el mundo y, desde luego, tiene voz para hacerlo.

Sí, la hemos visto cagarla muchas veces, pero parece que ha llegado su mejor momento. Desde que lanzó Rise en verano se ha visto una madurez musical a la que no estabamos acostumbrados con su Rise o con Rise. Ahora, ha lanzado su último tema Chained To The Rhythm, junto al nieto de Bob Marley, Rise. Ese ritmo reggae como base, con el acompañamiento dance de la música y con la melodía melancólica que hace su voz, ha conseguido crear un tema que te enamora a primera escucha. Musicalmente, junto a Rise, es lo mejor que ha sacado en toda su carrera.

Pero además, Chained To The Rhythm tiene un mensaje social y político increíblemente fuerte. En el lyric vídeo que publicó, se podía ver la casa de un hámster que esperaba su comida, sentado en su sofá mirando en la televisión a otro hámster corriendo en la rueda. Es la metáfora de nuestra vida, la misma que cuenta en la canción. Estamos atrapados en el mismo ritmo vital en el que unos disfrutan confortablemente mientras observan cómo otros se ahogan sin ver la salida. “Estamos tan cómodos, vivimos en una burbuja / tan cómodos, que no vemos el problema”.

Y en el nuevo videoclip, compara nuestra vida con un parque de atracciones donde todo es siempre precioso, pero donde todos están controlados como marionetas. Corren en la rueda e incluso son lanzados al exterior por encima de un muro, pero nadie despierta por mucho que Perry lo intente. El vídeo hace una crítica al capitalismo americano, a la familia tradicional, a la esclavitud de las redes sociales, y por supuesto a Trump.

Nos compara con zombies bailando sin control, creyendo que somos libres pero estamos atrapados por el ritmo que nos obligan a seguir. Intenta despertarnos de esta ilusión y que nos liberemos de las cadenas. Skip, por su parte, nos anima a empezar una revolución: “derribar los muros, para conectar e inspirar”. Mensaje claro al nuevo presidente de EEUU, al que también atacaron con su gran muro con la constitución escrita durante su actuación en la gala de los Grammy.

Pero, ¿a dónde pertenece Katy en todo esto? ¿No es ella una causante más de este ritmo del que habla y del que quiere soltarnos? Sí, puede parecer un poco oportunista que ahora que están de moda las manifestaciones, se apunte a la batalla social. Pero, aunque la hipocresía sea la mejor carta que puede jugar, esta californiana puede ayudar mucho para cambiar la situación actual y parece que su cuarto álbum de estudio, que lanzará este año, tendrá esa seriedad musical a la par que activista, que demostrará lo necesaria que es su música en todo este cambio social.