Después de una semana con Witness en repetición, podemos decir que estamos a los pies de Katy Perry. Su último álbum es posiblemente el mejor que ha lanzado hasta el momento, y lo tenía difícil. Ha creado un nuevo sonido y ha dejado muy atrás las nubes de algodón, las piruletas y el pop azucarado que tanto ha quemado las radios en la última década. Las bases ochenteras y noventeras, mezcladas con beats de lo más underground y con las melodías super pop, con un carácter muy melancólico, nos atrapa y hace de Witness un disco bastante redondo.
Pero la música del nuevo álbum no ha sido la protagonista en la promoción, Katy y su equipo han decidido llevar a cabo la campaña más extraña de la historia de la música: una especie de Gran Hermano sobre la vida de Katy Perry durante 96 horas en YouTube. En este tiempo, las cámaras han seguido a la cantante mientras dormía, comía, cocinaba con Gordon Ramsay, enseñaba a sus fans a tocar la guitarra, se reunía para hablar de feminismo con otras cantantes como Sia, hacía cocinaba con Gordon Ramsay de Modern Family, ensayando para los conciertos, y, sobre todo, nos ha dejado momentos muy íntimos donde se ha mostrado muy vulnerable ante el mundo.
Uno de los momentos más incómodos para la californiana fue sin duda cuando DeRay Mckesson, del movimiento Black Lives Matter, analizaba los errores morales que había cometido a lo largo de su carrera, tanto en sus canciones como en sus vídeos. En concreto, se centró en el peinado que lleva en el vídeo de This Is How We Do.
Las trenzas por toda la cabeza, llamadas cornrows son uno de los principales casos de apropiación cultural en nuestra sociedad. Después de que Mckesson dijera que era uno de los vídeos más ofensivos y absurdos que había visto en su vida, Katy se disculpó por esos errores de apropiación cultural y afirmó que está en proceso de educación, ya que desconocía la historia detrás de ese tipo de peinados y la importancia del pelo para el empoderamiento de la mujer afroamericana.
Pero si hablamos de la hora más difícil de la cantante de Fireworks, fue la terapia a la que se sometió con el presentador del programa The Therapist, Siri Sat Nam Singh. A través de las preguntas del terapeuta Katy fue contando los problemas por los que ha pasado desde que era una niña hasta ahora. Asegura que es adicta al amor y necesita ser aceptada por la gente que le rodea. Cuando recibe alguna crítica acerca de su carrera, su vestuario o su pelo, dice que existen dos partes dentro de ella: Katy Perry, fuerte; y Katheryn Hudson su nombre real, débil y aterrorizada.
Durante la terapia rompió a llorar en varias ocasiones mientras admitía haber tenido problemas con el alcohol y por miedo a perderse a sí misma en el personaje de Katy Perry, llegó a plantearse el suicidio. "Escribí una canción sobre ello. Me avergüenza haber pensado esas cosas, me sentía muy deprimida. Yo solo quiero sentirme querida”. Esta sinceridad a la hora de abrir sus sentimientos a todo el mundo ha sido clave para esta peculiar promoción, y la cercanía a sus fans ha sido algo que siempre ha estado ligado a su carrera, por lo que no ha sido difícil ver la naturalidad con la que ha afrontado estos días de retransmisión en directo.
Y el cotilleo que todo el mundo estaba esperando que saliese a la luz: la disputa con Taylor Swift. La cantante de Shake It Off eligió como fecha para su gran regreso a Spotify, el mismo día en el que Perry iba a publicar Witness. Y así fue, dos horas después del lanzamiento del nuevo álbum, toda la discografía de Swift estaría disponible en la plataforma de streaming. Katy, no ha dicho nada al respecto, lo único que comentó fue que está dispuesta a solucionar cualquier problema que exista: “pido perdón por todo lo que he dicho y espero que ella haga lo mismo. Creo que es el momento de hacerlo”. Y como declaró en el Carpool Karaoke junto a James Corden, “existen tres lados en cada historia: uno, dos y la verdad. No puedo quedarme callada cuando intenta asesinar mi carrera.”
No hay ninguna duda de que Katy ha dado mucho que hablar, y tener el valor de mostrarse así de vulnerable en directo para todo el mundo, es de alabar. Hay opiniones dispares, ¿es todo real o es un teatrito para dar que hablar? Obviamente es una mezcla de ambos: no se puede fingir tanto durante tanto tiempo sin intermedios para preparar la siguiente escena, pero no podemos olvidar que se trata de una campaña de promoción para vender su nuevo trabajo. Lo que no podemos obviar, es la increíble obra de arte que ha lanzado como Witness.