Juego De Tronos: Final Sin Misericordia

Ya han pasado unos días y todavía no nos hemos recuperado. Desde Boda Roja que no se veía tal número de ejecuciones en un episodio y de tanta relevancia. Los episodios 8 y 9 de esta quinta temporada son solamente el preludio de un último capítulo donde se pone toda la carne en el asador.

Después de buscar consuelo en Twitter, Google, amigos y en los dioses nuevos y antiguos, estos son los puntos a destacar los más importantes los dejamos para el final de 5x10 La Misericordia de la Madre:

contiene Spoilers y de los grandes

Stannis “padre del año” Baratheon ha sucumbido. Las cosas no pintaban muy bien cuando la mitad de sus hombres le abandonaban al ver lo que hizo a su hija y después de encontrarse a su mujer ahorcada. Panorama desolador.

Motivado por Melisandre y al son de El Señor de la Luz, Stannis decide atacar Invernalia con clara inferioridad numérica. Logra sobrevivir medio moribundo, cosa que no pueden hacer sus hombres, y se topa con Brienne de Tarth, que fue escudera de su fallecido hermano Renly.

Decidida a darle el toque final a Stannis, cumplir con la venganza de Renly y después de realizar un discurso que un poco más llegamos a la sexta temporada, empuña su arma y en el momento clave, donde el hierro debería penetrar la carne, ¡PUM!, cambio de plano. No le vemos morir, aunque quieren que lo pensemos. El ejército de Stannis está acabado… ¿pero él?

Después del final apoteósico del noveno capítulo donde se va volando con su dragón, viene el bajonazo. Drogon aterriza en un paraje natural más idílico que el paisaje de los Teletubbies y Windows XP juntos. Muy bonito, pero, ¿dónde?

Daenerys intenta reclamar la atención de Drogon para volver a una Meeren bajo el mando de Gusano Gris y Tyrion. Pero el dragoncito prefiere echarse una siesta. Daenerys Targaryen, la todopoderosa Khalessi, se convierte de golpe en una especie de Ash Ketchum intentando domesticar a Charizard.

Para colmo, se ve rodeada de una multitud incontable de individuos montados a caballo que hasta que llegue la sexta temporada no sabremos qué harán con ella.

La trama de Arya seguramente sea de las más desconcertantes de la temporada por su mística, sus misterios, su magia y sus silencios. Tienes la sensación de que no lo estás entendiendo bien.

Sin embargo, en este último episodio protagoniza una de las venganzas más tardías y gores que se recuerdan. Una venganza que no sabemos si le puede costar la vista o algo más o solo es una fase más del aprendizaje que le somete el curioso Jaqen H'ghar, quien le recuerda que “Solo la muerte compensa la vida”.

Una de las pocas alegrías de este capítulo es ver cómo Hediondo se reconvierte en Theon Greyjoy para salvar a Sansa de las garras de la amante de Ramsay.

Ahora bien, su única escapatoria es por aire y no vuelan, deben saltar del castillo de Invernalia para huir, pero la distancia que les separa del suelo es abismal. Pero nada, tú, se cogen de la manita y como si fueran dos personajes de Assassins Creed se tiran al vacío. Esperemos que la nieve del norte sea blandita.

Parecía un final feliz. Se volvía a casa con su amado, aceptaba a Jaime Lannister como padre, se fundían en un abrazo de amor y esperanza... y su nariz empieza a gotear sangre. En ese momento te acuerdas de que Ellaria se ha despedido de Myrcella al más puro estilo Dorne: con un beso de la muerte, como si de la mafia se tratara.

Posiblemente la mejor escena del capítulo y una de las más significativas de toda la serie. Cersei confiesa haber pecado al Gorrión Supremo, quien después de anunciarle que se celebrará un juicio para determinar la veracidad de sus palabras, le endosa la mayor humillación de su vida.

Desnuda, desnutrida y emocionalmente abatida, recorre un largo camino para llegar hasta la Fortaleza Roja, donde es objeto de burla y de agresiones continuas que hacen de aquella mujer fuerte, dura y malvada alguien dócil y frágil. A gritos de shame, shame, shame, Cersei llega a casa, donde seguro que planeará una venganza terrible para la próxima temporada.

Parecía uno de los intocables junto a Khaleesi y Tyrion. Pero en Juego de Tronos no hay de eso que se lo pregunten a Ned Stark.

“Tienes buen corazón... esto te matará”, le dijeron una vez. Y así fue. De la manera más cruel posible, traicionado por los suyos  y con el punto y final puesto por el joven Ollie, cegado de rabia por la ayuda que Snow había prestado a aquellos que acabaron con su familia.

Sin embargo, se han hecho muchas cábalas sobre que la muerte de Jon no es un adiós. Su conversión en caminante blanco es una de las alternativas que se plantea. La otra, la resurrección. Recordemos que en esta serie existe la magia y ya hemos visto resucitar a Beric Dondarrion y en los libros a Catelyn Stark, con lo cual tampoco sería una opción descabellada. Veremos. Pero somos muchos los que nos negamos a renunciar al bueno de Jon.

Crédito de imagen: Mirror.co.uk