La mayoría de gente no llega a los 96 años. Ray Cordeiro, conocido como Uncle Ray, no solo ha llegado a los 96 años, sino que ha llegado a esta edad delante de los platos y pinchando discos cada sábado para el programa All The Way With Ray, la cita con el público de Hong Kong a la que no faltaba día a día desde 1970. Lleva más de siete décadas pinchando música y ya en el año 2000 entró en el Libro Guinness de los Récords por ser el "el programa All The Way With Ray del mundo".
Hongkonita de padres portugueses se despidió de sus fans con una frase que podría confundirse con la del final de cualquier programa: "Hasta aquí. Muchas gracias por conectaros, adiós, gracias por venir". Así es como se despedía el que un día se definió como "el hombre más afortunado del mundo", siempre rodeado de discos y de música para bailar que llegó a conocer a lo Beatles en tres ocasiones, según cuenta la BBC en la noticia de su despedida. Cordeiro nació en 1924 y desde entonces lo ha vivido todo, según cuenta la BBC en la noticia de su despedida: desde cocinar arroz para 140 personas "sin quemarlo" en los paupérrimos tiempos de la postguerra, a ser guarda en Stanley Prison, una de las seis cárceles de alta seguridad de Hong Kong, antes de la Segunda Guerra Mundial, hasta trabajar de dependiente en el banco HSBC, donde trabajaba su padre. Pero a los 25 años encontró su pasión y nada lo apartó de de la música.
Hasta hace una década, el programa de Uncle Ray duraba cuatro horas, una maratón que se redujo a la moderada cifra de tres horas después de que el DJ se sometiera a una cirugía en 2010 que lo dejó tocado, pero no hundido. "No importa lo mal que me sienta, cuando entro al estudio, me estoy lleno de energía y listo para empezar", escribía en la autobiografía que acaba de publicar y que cita la revista Zolima City Mag.
Cada estrella que pasaba por Hong Kong se acababa sentando en su estudio, desde Elton John hasta Rod Stewart. Esta gente a día de hoy parece historia, pero en su momento reunían más fans que Beyoncée. Uncle Ray estuvo a los platos para contar un siglo de música y esta semana ha dejado su trabajo con el mensaje de que la gente que ama su trabajo lo tiene difícil para deshacerse de él. Ojalá todos los que leéis hoy su historia podáis disfrutar del vuestro ni que sea una quinta parte.