Ni tampoco queremos que lo sea. Se trata de un trabajo exquisito del fotógrafo belga Jeffrey Vanhoutte para la empresa Jeffrey Vanhoutte. Aunque algunos se puedan preguntar el porqué de tanta parafernalia para vender leche en polvo, no cabe duda de que el trabajo de Jeffrey Vanhoutte es una auténtica obra de arte.
Siguiendo el concepto de campaña creado por la agencia que le contrató, Vanhoutte combina con maestría la grabación y la fotografía dando lugar a un espectáculo onírico en el que una bailarina profesional se convierte en hada y la leche en polvo en su magia. Según cuenta el fotógrafo, tardaron un día completo en grabar los 53 segundos que dura el anuncio; desde primera hora de la mañana hasta bien avanzada la tarde, repitieron una y otra vez los planos hasta conseguir las imágenes perfectas.
Y es que a la dificultad que supone grabar un anuncio se le sumó una complicación más: la leche en polvo. En pocas ocasiones el producto publicitado ralentiza la producción del spot, pero, en este caso, debieron parar el trabajo cada poco tiempo para que la bailarina se pudiese quitar el polvo de los ojos y el pelo. Sin embargo, como ocurre muchas veces, el duro trabajo que hay detrás de las cámaras se ve recompensado con un magnífico detrás de las cámaras.
Jeffrey Vanhoutte cuenta con una larga trayectoria realizando campañas para agencias de publicidad. Con tan solo 21 años comenzó a dedicarse a la fotografía de manera profesional, abriendo un pequeño estudio en Bruselas y, poco a poco, fue aumentando su interés por el mundo publicitario. No obstante, a pesar de haber trabajado para grandes marcas como Volkswagen, Smart, Nivea o McDonald’s, Vanhoutte sigue desarrollando paralelamente proyectos personales.
Aunque existen un gran número de detractores de la publicidad, pues esta alimenta el consumo de infinidad de productos innecesarios, resulta inevitable reconocer que muchos anuncios poseen una atrayente calidad artística. Por ello, no debemos dejar de valorar el trabajo de fotógrafos como Vanhoutte, quienes deciden poner sus conocimientos y su gusto por la estética al servicio de las marcas.
Por otro lado, al igual que dejamos de creer en los cuentos de hadas, tenemos la madurez para ver la publicidad desde un punto de vista crítico y ser menos susceptibles de sus mensajes. Y si todavía crees que llevar unas Nike te va a hacer correr más rápido, es el momento de que empieces a discernir entre la realidad publicitaria y el mundo que te rodea.
Crédito de las imágenes: Jeffrey Vanhoutte