Hogwarts: Desmontando La Gran Estafa. Vol. 2

Vamos a ver, J.K. Rowling, ¿me tendré que enfadar? ¿es que no habéis entendido nada y seguís inculcando la farsa a vuestros hijos?

Ya han empezado las vacaciones escolares y muchos niños vuelven a tener la esperanza de no volver el año que viene a su escuela-cárcel particular para ingresar en la escuela de hechicería Hogwarts. Incluso en los últimos meses han salido rumores sobre una nueva entrega de Harry Potter. Vamos a ver, J.K. Rowling, ¿me tendré que enfadar? ¿es que no habéis entendido nada y seguís inculcando la farsa a vuestros hijos?

Vista la actitud de mucha gente, de unos veintitantos hacia arriba, que sigue esperando la carta de Hogwarts mientras holgazanea en su casa sin pegar palo al agua, he visto necesario seguir con la lista que pretende destapar la gran farsa. 

Discriminación por casas

Esto es muy sencillo. Si tienes la extrema suerte de ser de Gryffindor tendrás a tu disposición todo tipo de lujos y de favores del profesorado simplemente por pertenecer a la casa del león. Y si eres de Slytherin contarás con la ayuda de algún miembro docente e incluso de quien no debe ser nombrado para salir adelante con tus estudios y tu carrera.

Ahora bien, si el sombrero te manda a Hufflepuff o Ravenclaw, más te hubiese valido ser muggle. Serás ignorado en todas las actividades de la escuela, mucha gente de tu casa morirá, sufrirá sin ni siquiera un mínimo reconocimiento y te marginarán más que a un apestado.


Favoritismo hacia Harry Potter

No todos podemos ser el niño elegido. LO SIENTO. Pero tampoco hace falta que una de las mandamases de la escuela la profesora McGonagall le regale una escoba carísima de última generación y menos cuando Harry tiene tanto dinero en Gringotts que podría comprar un equipo entero de Quidditch y fichar a Messi de limpiabotas si quisiese. Además, en la cara de los demás estudiantes se puede ver la lógica envidia, concretamente del pobre Ron Weasley, que es más pobre que las ratas y no recibe ni una palmada en la espalda por parte del egoísta de Harry Potter que, eso sí, cada Navidad se presenta en la casa de los Weasley para comer de gorra.

Todo esto sin tener en cuenta que le permiten ser buscador nada más llegar y sin haber montado jamás en escoba, que no se le castiga por la magia hecha fuera de la escuela, que tiene pase VIP para el despacho de Dumbledore o que incluso puede agredir a sus compañeros quedando impune. BASTA YA.


Extrema crueldad

En Hogwarts no solo se castiga la ignorancia, sino que además se hace de forma muy cruel. No todos hemos nacido enseñados como la señorita Hermione Granger, pero sin embargo pagamos las consecuencias.

Alumnos enviados al Bosque prohibido, plumas que cuando escribes te quitan sangre, violencia física por parte del profesorado, hechizos humillantes…  Solo queríamos aprender.


Desigualdad entre ricos y pobres 

Si tu familia es adinerada tendrás lo último en tecnología mágica para tus estudios, los deportes y además una preciosa lechuza blanca que podrá ayudarte a enviar cartas a tu familia. Si eres pobre, en Hogwarts estás perdido.

Todo tu material será de segunda o tercera mano, jugarás a Quidditch con la fregona de tu tía abuela Jacinta y para más humillación tendrás una rata como mascota. Un animal que no sirve ni para hacerte una sopa, cosa que probablemente sea lo que más deseas en este mundo.

En Hogwarts no hay programas de becas ni ayudas para los menos afortunados. Aquí se paga a tocateja y si no puedes serás carnaza de dementor. Ya te las apañarás.


Escasa salida laboral

La educación que te imparten no está destinada a ningún fin ni profesión concreta. Si tienes suerte y eres buen estudiante podrás ser auror, como el 90% de los magos vivos. Si por desgracia eres menos agraciado con la magia, estás perdido. Te tocará vagabundear, ser profesor cosa que implicaría volver a la maldita escuela de Hogwarts o peor, ser autónomo. Montar una tienda de lo primero que se te ocurra en el Callejón Diagon, donde el espacio no es que abunde precisamente, y rezar para que alguien te compre algo.

Los otros oficios están ocupados por duendes. El gremio mafioso.


Dicho todo esto, simplemente me queda recordaros que no volváis a caer en el engaño, por favor. No contribuyáis al crecimiento de esta farsa que es Hogwarts. Hay que parar esto de raíz.