Qué Ha Estado Haciendo El Tenis Femenino Español En Los Últimos 18 Años

Garbiñe Muguruza ha conseguido su primer gran título en Roland Garros, en París. La travesía por el desierto ha sido larga y la pregunta es "¿cómo hemos llegado hasta aquí?".

Dieciocho años después de la última gran victoria del tenis femenino español, una joven hispanovenezolana se ha mirado en el espejo de Arantxa Sánchez-Vicario, y esas son palabras mayores. Garbiñe Muguruza ha conseguido su primer gran título en Roland Garros, en París. La travesía por el desierto ha sido larga y la pregunta es "¿cómo hemos llegado hasta aquí?".

¿Nos habíamos quedado sin buenas tenistas?

Arantxa, Conchita, Carla Suárez, Anabel Medina… las chicas españolas no han dejado de jugar bien al tenis, pero desde que ganara Arantxa en París en 1998, ninguna de las nuestras había conseguido levantar un gran trofeo. Ni en la Copa Federación, la competición por selecciones, ni en individuales. Garbiñe estuvo a punto de conseguirlo en otro Grand Slam, en Wimbledon el año pasado, cuando perdió en la final ante Serena Williams, la misma rival a la que esta vez sí consiguió derrotar. No es la primera buena tenista española de las últimas décadas, pero sí la que más lejos ha llegado en el reino de las hermanas Williams, Martina Hingis y María Sharapova, entre otras.

¿Crisis en la Federación Española de Tenis?

Hace no tanto, allí nadie se entendía con nadie. A finales de 2012, varias jugadoras declararon que rompían relaciones con el entonces presidente de la Federación, José Luis Escañuela, porque no se habían cumplido las promesas que les habían hecho. En 2010, y después de que las tenistas españolas se negaran, como protesta, a participar en la Copa Federación, la Federación Española se reunió con representantes de las jugadoras y prometió promocionar su deporte a través de un Consejo Asesor del Tenis Femenino y un presupuesto de más de 200.000 Euros al año. Sin embargo Nuria Llagostera sentenció en la rueda de prensa de 2012: "de aquello que firmamos no se ha cumplido nada".

Ya entonces señalaban al culpable: "este señor Escañuela va poniendo parches a lo que se va encontrando, para que la gente se calle, y sin proyecto no hay futuro para el tenis femenino", dijo Lourdes Domínguez en la misma rueda de prensa. Los grandes torneos femeninos del circuito mundial han huido de territorio español, según la Federación, por falta de ayudas.

¿Se puede llegar y besar el Santo?

En aquella protesta estaba también una jovencísima Garbiñe Muguruza que entonces empezaba a defender los colores españoles en los grandes torneos del mundo al tener la doble nacionalidad, podía elegir a qué país representar. En 2012 acabaría en el puesto 104. Tres temporadas más tarde, lo iba a hacer en el 3. Cuando empezó esta última temporada se esperaba mucho de ella, tal vez demasiado. En el torneo de Doha, explotó.

Lo hizo contra su entrenador, Sam Sumyk, y contra ella misma. El tenis es uno de los deportes más difíciles, porque el mayor enemigo lo tienes dentro de ti, en tu propia cabeza. Si crees que no vas a llegar a esa bola, jamás llegarás. Por eso, la recuperación de Garbiñe en los últimos meses ha tenido mucho más de psicológico que de físico. Ha luchado contra su ‘no’ interior, y ha acabado venciendo a todo el que se ha plantado al otro lado de la red. Y el interior es, en ocasiones, el camino más espinoso de todos.

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¿Algún deportista de élite habla como una persona normal?

Aquí tenemos respuesta: Garbiñe sí. Si está enfadada en pista, se nota. Si tiene que enfrentarse a un árbitro, lo hace. Si le haces una pregunta, responde con sinceridad. En una entrevista a Mundo Deportivo reconocía que "en el circuito no hay amigas, no hay espacio para la emotividad. Es difícil decir a alguien ‘hola’ y ‘qué tal’ cuando lo que quieres es ganarla".

Siempre ha reconocido que juega a esto para ganar, para llegar a lo más alto. Su primer gran título ha llegado en uno de los torneos más importantes del mundo, y con 22 años, le queda mucho más por vivir. El tenis femenino español necesitaba volver a ponerse la cinta en la frente para soñar con lo que un día fue, y Garbiñe Muguruza ha llegado para demostrar que ella nos puede llevar hasta el cielo.