Dicen que somos únicos. Y no es que quiera ponerlo en duda pero lo cierto es que todos adoptamos un papel cuando estamos en grupo. Por muy diferentes que seamos, las formas que tenemos de relacionarnos entre nosotros suelen seguir unos patrones y en el curro pasa lo mismo. Por eso, si has trabajado ya en varias empresas, es probable que te hayas dado cuenta de que entre tus compañeros siempre hay algunos de estos roles.
El motivator
Es ese compi de curro cuyo nivel de entusiasmo es, francamente, un tanto exagerado. Lo de la implicación y la proactividad se lo ha toma demasiado en serio. Suele dar la chapa sobre el trabajo hasta en el descanso del almuerzo. Alguien le tendría que dar al botón de off de vez en cuando.
Mr. Tictac
Me refiero a ese que cumple el horario a rajísima tabla. No curra ni un minuto de más, pero tampoco de menos. Así que no se te ocurra pedirle nada urgente media hora antes del cierre o de la salida, porque te fulminará con la mirada. Avisado estás.
Esto... ¿hay alguien ahí?
Aunque no lo creas, debajo de esos cascos de música hay una persona. Sí, estoy hablando de ese compi que nunca dice ni mú. Solo los buenos días por la mañana, pero con la boca muy chica. Seguramente sea un gran tipo, pero en el reparto de habilidades sociales se quedó con la peor parte. Es un poco ameba pero no es culpa suya, no se lo tengas muy en cuenta.
El rey de la selva
En toda oficina hay un veterano que suele gastarse unos aires de grandeza bastante importantes. Lo sabe todo mejor que nadie y por alguna regla no escrita se le suelen permitir algunas licencias que a ti te podrían costar el despido. Un consejo: lo mejor es tenerlo de amigo.
El eterno graciosete
No hay día que no suelte alguna de sus coñas. Es tan osado que incluso se atreve a hacerlo los lunes a primera hora de la mañana, aunque la gente no tenga el cuerpo ni el ánimo para seguirle el rollo. Pero claro, como de costumbre, a él eso le suele dar igual... Suerte tenéis de que siempre esté de servicio, cuando cae enfermo la ofi es un coñazo.
El partycompañero
Le gustan más los saraos que cualquier otra cosa: afterworks, comilonas, fiestas… No importa de qué calibre sean, siempre y cuando se apunte el máximo de gente posible y se líe bien gorda. Eso sí, no intentes quedar con él para un café a solas a media tarde, porque no estará a la altura de las expectativas.
El trepa de la trupe
Cuidadín, cuidadín. Es el típico que en menos que canta un gallo te mete un codazo sin que te des cuenta. Se les detecta rápidamente porque suelen llevarse sospechosamente bien con los jefes y sonríe mucho a todo el mundo. De repente y sin saber cómo, le has contado toda tu vida y hasta cosas que no querrías. Así que mucho ojito con lo que dices o haces, porque cualquier información podría usarla en tu contra.
El GRGRGRuñón
Viene a ser la antítesis del graciosete, porque no le pones una sonrisa en la cara ni con calzador. Lo identificarás porque suele ponerle peeeeeeegas a tooooooodo. Incluso cuando llega la jornada intensiva o la extra de Navidad. Paciencia infinita, amigo.
El colega de verdad
Rara es la vez en la que no encuentras alguna joyita entre tanta fauna corporativa. Siempre hay alguien con quien tienes buen feeling y con quien puedes contar más allá del horario laboral. Así que cuando te cruces con uno de estos, no lo dejes escapar.