Desenmascarar promesas. Esa es, en parte, nuestra función. Sí, los grandes artistas son los grandes artistas, y lo normal es que encontremos retazos de grandes maestros en esta generación nuestra que empieza a llamar a la puerta y necesita que la escuchen. Los maestros son los maestros, podemos admirarlos desde el hall de la fama y las grandes revistas de arte, podemos conformarnos con ser su caricatura y alimentarnos de autocompasión. Pero también podemos transformar lo que ellos ya transformaron y crear algo nuevo, diferente y con nuestro propio sello.
Toda generación piensa que es la última, que tras ellos solo queda la copia y la decadencia. Por eso es tan importante que presentemos a aquellos que sueñan con ser el aire fresco del arte, admiradores del pasado, lo vintage o lo analógico, pero con la voz clara y potente de los que aún no se han resignado a la decadencia.
Hoy, os presentamos a un jovencísimo fotógrafo español. Es de Pamplona, tiene 25 años y se le conoce como José Afterol. Empezó, como muchos, a base de tirar cientos de fotos, fallar miles y contentarse con una que reflejara lo que sentía en un momento concreto. Prácticamente autodidacta, juega con lo analógico y lo digital y ya no puede entender su día a día sin una cámara. El interés se convirtió en necesidad y la fotografía en su medio para canalizar la realidad. Y eso se nota.
En esa realidad encontramos espontaneidad y mucha energía. Sus fotografías mezclan lo natural y lo misterioso, que se unen en una simbiosis tan original como la vida misma. A través de su objetivo vemos reflejado el mundo que nos rodea, pero siempre desde una perspectiva diferente, casi mágica. Un filtro que nos transporta a lo bello y lo aterrador de lo desconocido y de lo cotidiano. Una calle, unos neumáticos, una cama, una lupa... todo forma parte del atrezo de una atmósfera alegre e inquietante a partes iguales.
A José Afterol vale la pena desenmascararle, porque no es carne de catálogo ni heredero de las cátedras universitarias. En cada instantánea se puede comprobar que hace lo que quiere y que le gusta lo que hace. Sí, además, su producto es dinámico e interesante… ¿A qué esperamos para zambullirnos en su universo?

