Ver a una mujer con los ojos de Botticelli y con los de un artista actual al mismo tiempo sería mágico. Y qué es el arte sino rebeldía, inconformismo, historia y, sobre todo, magia. Fusionar el concepto de belleza de hace siglos y el que de ahora puede hacerse de una manera muy directa. Tanto, que con sólo observar una fotografía conseguimos asistir a un diálogo entre el género femenino del pasado y el del presente, cuestionándose mutuamente. ¿Cómo? A través del proyecto Masks-show de la fotógrafa bielorrusa Masha Svyatogor.
Como la misma artista explica en una entrevista en Fisheye, en este trabajo el autor "se convierte en la víctima de su modelo[...] mis fotos están a su merced, por lo que he decidido 'proteger' mis imágenes despersonalizando a las modelos" con una máscara.
Lo que hace Masha es capturar con su cámara desnudos de mujeres actuales pero haciendo un collage para introducir la cara de féminas que aparecen en cuadros de Manet, de Rafael, de Botticelli... Parece algo simple, pero a menudo las obras más brillantes lo son. Su contenido es profundo y complejo. La idea final es intentar descubrir cómo ha evolucionado la percepción que tenemos las mujeres de nuestro propio cuerpo. Como describe la artista, "oscila entre la noción de lo prohibido y la idea de que el cuerpo femenino es un objeto exclusivo de admiración y de deseo".
Pero todavía hay otra vuelta de tuerca más en este juego de tiempos y máscaras. La desnudez de las modelos no es gratuita. En ella se oculta la voluntad de liberar a esas mujeres del pasado, de quitarles todas las cadenas sociales que las ataban en sus respectivas épocas y ofrecerles las posibilidades de nuestro presente. "Las mujeres representadas en aquellas pinturas estaban privadas del derecho de disponer de su cuerpo como les pareciera. Su imagen estaba en manos de los hombres -de los artistas primero, de los espectadores después- que se forjaban estereotipos visuales convencionales. En mi trabajo, las jóvenes están en una posición opuesta: su cuerpo es libre, su pose natural y han elegido voluntariamente aparecer desnudas", dice la fotógrafa.
Y como no hay dos sin tres, Masha aún le añade otro toque de genialidad al proyecto, combinando el arte de la fotografía con el de la pintura, enlazando las dos técnicas en una sola obra, invitando a reflexionar sobre ello.
Por todo ello, Masks-show abre miles de universos paralelos, los conecta y los sienta en una misma sala para conversar sobre cómo ha ido cambiando la imagen de la mujer en el mundo del arte a lo largo de la historia. Quién sabe lo que nos depara el futuro del arte y cómo serán sus estereotipos.
Crédito de la imagen: Masha Svyatogor