44 segundos que le han valido la reprobación internacional y la expulsión fulminante del torneo Roland Garros. El tenista Maxime Hamou, de 21 años, protagonizó junto a una reportera del canal Eurosport France la última –y enésima– muestra televisada de actitud machista y ofensiva. La periodista Maly Thomas, en una conexión en directo con el programa Avantage Leconte, se acercó al tenista para entrevistarle tras haber perdido un partido en la competición de tenis. Y esto es lo que sucedió:
"Si no hubiésemos estado en directo, le habría abofeteado", declaraba la reportera poco después. Porque las imágenes lo dicen todo. Ella, ejerciendo su labor de periodista, recibe órdenes del presentador su programa. Le pide que se coloque al lado de Hamou, que la agarra por el hombro y tarda exactamente dos segundos en tratar de besarla ante el estupor de la joven, que comienza a zafarse de sus intentos. Carcajada general desde el plató. Y comienzo de la conversación.
Ella intenta alejarse lo más posible del tenista, alargando su brazo para mantener la distancia. Pero este, tras unas cuantas frases, vuelve a la carga. Más besos en la mejilla mientras la acerca hacia él agarrándola con –aparentemente–, más fuerza que antes, a tenor de los intentos que ella hace para apartarse de nuevo. Incluso el puño de Hamou parece acercarse peligrosamente al pecho izquierdo de la periodista, a la que la cadena Eurosport ha pedido que evite hacer declaraciones.

Pero casi no ha hecho falta. La Federación Francesa de Tenis ha actuado con rapidez y ha expulsado a Maxime Hanou del Roland Garros por mantener "un comportamiento inadecuado" con la reportera. Por su parte, la cadena de televisión ha pedido disculpas en sus redes sociales por no haber sabido reaccionar ante la estampa, y ha anunciado que hará extensiva este comunicado a su programa en directo de esta noche.
Un ejemplo más de cómo algunos se creen con potestad para actuar sobre algunas. De cómo un jugador de tenis no respeta el desempeño de las funciones de otra profesional que está trabajando, en este caso, para informar sobre su actividad. De cómo, en ocasiones, las imágenes resultan 'simpáticas' y despiertan las risas –nerviosas, inquietas– de los demás, incapaces de captar el verdadero significado de unos actos con tan solo presentarse ante ellos. Pero, al menos, el ejemplo de que, poco a poco, estos actos públicos tienen sus consecuencias.