La Explicación Científica De Por Qué Algunas Resacas Parecen Maremotos

Ya lo decían nuestras abuelas: "Noches alegres, mañanas tristes". Y podemos decir lo que queramos acerca del alcohol o las resacas, pero contra los conocimientos de una abuela no se puede luchar. Lo saben todo. El dicho lo confirma un estudio real

Ya lo decían nuestras abuelas: "Noches alegres, mañanas tristes". Y podemos decir lo que queramos acerca del alcohol o las resacas, pero contra los conocimientos de una abuela no se puede luchar. Lo saben todo.

El dicho lo confirma un estudio realizado por Elite Daily, que, además, añade que hacerse abuela no ayuda para nada en ese sentido: cuanta más edad, peor resaca.

Tal vez lo habíais notado ya, una de esas noches en vuestra temprana treintena, cuando decidisteis quemar la ciudad como en los viejos tiempos, y sin embargo la ciudad terminó quemándoos a vosotros. Cabezas en el water, amigos que te hacían la coleta, terrible sabor de boca, un puñal en la consciencia por la falta de uso de esta durante la noche anterior... "¿Qué ha pasado?", os preguntáis confusos y en voz muy baja, para no provocar más calambres cerebrales. Hubo un tiempo en el que podía bañarme en ginebra, bailar la Macarena, hacer volteretas por la cuesta hasta mi casa, desayunarme tres kebabs, y despertarme como una rosa y a veces estudiar para un examen final y aprobar.

¿Qué pasó con nosotros? Antes molábamos...

De la Resaca al Maremoto

Aparte de la encarnación del demonio, una resaca es el resultado de una noche de beber en exceso. Y las nuestras ahora duran todo un día, o incluso dos. De hecho, ya no deberíamos llamarlas resacas, sino Maremotos.

Al menos no estamos solos, la ciencia tiene las respuestas, como siempre. Aparentemente, nuestro cuerpo tarda más o menos una hora en metabolizar y procesar una bebida. Por lo tanto, para todos aquellos que bebéis como regaderas, básicamente estáis envenenando vuestro sistema, y empeorando por lo tanto la resaca. ¿Eh? ¿Quién decía que la ciencia no podía ser divertida, tengo razón?

El cuerpo se deshidrata, tenemos náuseas, dolor de cabeza, ansiedad, arrepentimiento, vergüenza... Espera, ¿por qué hacemos esto, otra vez?

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El caso es que, además, a medida que envejecemos, nuestro cuerpo no logra recuperarse como antes. Nuestros niveles de energía se agotan significativamente a medida que nos aventuramos en el agujero negro de la edad adulta. Nuestro hígado está de capa caída, produce menos antioxidantes, así que las toxinas terminan colándose a través de nuestro cuerpo, causando dolor de cabeza, vómitos y todas esas otras experiencias tan divertidas.


Remedios de la Abuela

Así que, ¿qué podemos hacer para dejar de machacar al cuerpo y ayudarle a reponerse del Maremoto? El estudio reveló un secreto que os encantará: las hamburguesas, las patatas fritas, la pizza y todos esos alimentos grasos que estáis consumiendo para paliar la borrachera están haciendo la resaca... PEOR. En un cruel giro irónico, el alcohol se procesa como grasa a través de las mismas vías corporales. Por lo tanto, cuando nos rendimos a una orgía de grasa y carbohidratos del fast-food más cercano, en realidad estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado.

Al parecer, la mejor manera de combatir la resaca es comer huevos, pues estos contienen cisteína, un aminoácido que contiene azufre, y que ayuda a absorber las toxinas restantes que quedan en el sistema. Por supuesto, una obviedad: dejar de beber mucho antes de la hora de acostarse, e ingerir litros y litros de agua. Tomarse un antinflamatorio antes de caer inconscientes en el suelo de la cocina también puede ayudar.

O tal vez deberíamos simplemente considerar el ir dejando los traicioneros chupitos de frambuesa, los "quinitos" y los "Yo nunca he...", o la eterna frasecilla de "Esta es la última". En vuestras manos lo dejamos.

Crédito imagen: José Afterol