No solo existen, además, es fácil identificarlos si no te pillan con la guardia baja. De vez en cuando, todos nos topamos con ese ser, bastante habitual, que se dedica a camelar comiendo-calentando la oreja a base de bien. ¿Cuál es el problema? Que alguna vez les funcionó y por eso, nunca abandonan su técnica. Mientras que otros del mismo estilo, seguramente, se dejan llevar por lo que una vez vieron hacer a Barney Stinson en la serie Conocí a vuestra madre y creen que es un ejemplo a seguir. Afortunadamente, tras años de verles en acción, son fáciles de detectar.
El entrevistador
Ese que, en cuanto te conoce, se toma su tiempo para informarse sobre ti. Primero, escucha tus conversaciones con otras personas, observa y apunta aunque a menudo se saltará este paso, no hay tiempo. Después, pasa a la acción haciendo él mismo las preguntas. Se interesa por tu trabajo, tu día a día y actúa bajo el " cuéntame más" hasta que, una vez sabido lo justo sobre gustos e inquietudes, te empieza a dar discursos de su vida, dando a entender que os gustan las mismas cosas y que sois muy parecidos.
Incluso soltará algún "¿qué casualidad no?" o " uy... igual que yo. JE-JE". Cuando diga demasiadas veces que tenéis gustos parecidos o que qué interesante eres, será tu aviso para huir.
El 'todólogo'
Cuando su manera de ligar es haciéndote saber sobre él y lo mucho que controla sobre TODO. Por ejemplo, cuando estéis hablando de algo podría ser cualquier cosa, aprovechará para mencionar algún artículo sobre el tema, citando al periodista y alguna frase en concreto o haciéndola pasar por propia. Se cebará cuando alguien, si estáis en grupo, haga una pregunta para él poder contestar "¿no lo sabes?".
Porque son así en su día a día, pero aprovecharán su "yo lo se todo" para que tú mees pepsicola. No es que quieran dejar mal al resto delante de ti, sino que te harán pensar que tú no tienes ni puñetera idea de nada. Que le admires es su técnica para llevarte al catre. ¿Funciona? No. Pero ojo, este espécimen podría dejarte efectos secundarios. Tranquila, está muy bien ser súper culto, pero que también sabes quién es Risto Mejide y Laura Escanes y no por eso eres mas tonta.
Mr Mainstream-alternativo
En una misma conversación ha presumido de lo guay que es su trabajo y de seguidores en Twitter y/o Instagram, sus temas de conversación se centran en las series de Netflix y de cómo descubrió él antes que nadie las plataformas online. Que no sabes a la de festivales a los que va y a los que ha dejado de ir, porque se han puesto demasiado de moda, mientras te habla de los nuevos locales de moda y el restaurante que acaba de descubrir al que te llevará si aceptas una cita con él... Sí. TE ESTÁ COMIENDO LA OREJA.
El fantasma
Se suele identificar por su técnica de autodescribirse con todas las cualidades que ÉL cree que debe tener un hombre. Demostrando que, cuanto más se define, menos credibilidad va teniendo cada cosa que dice.
La cosa empieza con un " yo es que soy muy tímido" pero, a su vez, hace alguna peripecia que demuestra todo lo contrario, como gastar una broma a un desconocido por la calle para que tu pienses "ai, qué salao". Después te dirá que es muy modesto, pero al hacerte reír te dirá "te ha hecho gracia eh". Luego te invitará a algo, pero para recordarte que lo hace te soltará un "A mi me gusta invitar. El dinero es lo de menos", para que pienses que lo tiene, y que además quiere gastarlo en ti. Fíjiate tú qué bien.
El romanticón
No es que se ponga en plan sabelotodo, pero cuando empiezan con sus frases sacadas de una película romántica, haciéndote creer que se ha enamorado solo viéndote bajar por las escaleras, no deberías ni dejar que se presente. Empiezan con un "qué guapa eres" y acaban vendiéndote el romanticismo express en persona. Hablándote del destino, de lo que le encantas, de que tenéis que conoceros más y de lo mucho que le encantaría llevarte al cine, a cenar o a algún plan especial. Mientras tú piensas "si lo mismo es verdad, pero no le he dicho ni mi apellido y él ya ha pensado el nombre de nuestros hijos". Que le falta media hora para soltarte un 'te quiero' y quedarse tan ancho. No cuela. Consejo: pasa directamente.