Cosas Que Te Joden El Ego Mucho Más De Lo Que Parece

Ciertas situaciones pueden ser tan absurdas que no merecen ser ni problema del primer mundo, pero que a su vez pueden causarte un ligero pinchazo en ese rincón donde tenemos guardado el ego.

Ciertas situaciones pueden ser tan absurdas que no merecen ser ni problema del primer mundo, pero que a su vez pueden causarte un ligero pinchazo en ese rincón donde tenemos guardado el ego. Mucho se plantea uno lo que debe doler que te dejen plantado en el altar o hacer una fiesta y que vayan cuatro gatos. Pero hay situaciones comunes de las que poco se habla pero dan muchísima rabia y vergüenza.

Por hacerte el gracioso

1. No hay cosa que de más penita que hacer una coña cuando estás con gente y oír solo la risa de uno: esa persona que tienes en mente cuando quieres poner cara a las definiciones de “cortito”, “pesado”, “lentito” o “graciosillo pedante”. Un existazo vaya.

2. Hacer una broma en un grupo de Whatsapp y que nadie conteste. Efectivamente, lo ha leído todo el mundo. De hecho has chequeado quien lo ha hecho y a qué hora. NO. NO ha petado Whatsapp. ESTÁN PASANDO DE TU BROMA DE MIERDA. Y nadie hace referencia a tu chiste, tu meme o tu noticia. Y el grupo va a estar desactualizado varios días para que cuando se vuelva a hablar en el, lo primero que se vea es que pusiste una cosa de la que no se hizo ningún caso.

3. Empezar a contar una anécdota y que te dejen de escuchar nada más empezar. Tú, ilusionado por contar una historia nueva que ninguno de los oyentes conoce te empiezas a reír y cuando llevas 25 segundos narrando te das cuenta de que están hablando entre ellos y no les interesa absolutamente nada lo que querías decirles. Probablemente haya uno que sí te escucha, pero siempre será el mismo que se había reído de tu chiste. Por lo menos dale las gracias, anda.

4. Cuando se meten contigo y se la quieres devolver soltando alguna gracia y en lugar de dejar mal al otro te dejas mal a ti mismo porque tu replica es ridícula.

5. Subir algo a Facebook y, efectivamente, no tener ni un puñetero LIKE. Le pedirás a una amiga que le de a 'me gusta' para no parecer tan pringada, pero será el único que tengas y se notará que es 'comprado'. Luego tendrás un like de tu madre, lo que empeorará aun más las cosas.


Coge el transporte público, que contaminas menos

6. Marcarte un spring digno de Usain Bolt para coger el autobús o el metro y que se te cierren las puertas en las narices y se vaya mientras todo el mundo de dentro te mira. Y te quedarás despotricando en voz alta y jadeando ante la mirada de superioridad del conductor.

7. Tener mucha prisa por llegar a un sitio, incluso estar tan apurado por ser puntual que acabes cogiendo un taxi que te cueste un pastizal y acabes metido en un atasco. Te atenderán para la entrevista media hora más tarde o habrás quedado con alguien que llegará con retraso, con toda su pachorra, mientras te sientes el imbécil más grande por haberte desvivido por estar ahí a tiempo.


Qué don de gentes tienes, oye

8. Que te inviten a una fiesta diciendo: "No hace falta que traigas nada" y que tú seas el único que no lleve nada.

9. Escribir a alguien para pedirle un favorazo y que ese día sea su cumpleaños y no te darás cuenta hasta que ya te haya hecho el favor.

10. Saludar a alguien efusivamente y que te llame por otro nombre.

11. Poner a alguien a parir, reventarle los tímpanos y hasta recrearte con gracias pero cuando ya te has quedado bien a gusto, salta alguno para decir: “Es uno de mis mejores amigos”.

12. Ir a una cena de amigos para contar una novedad y que te joda la exclusiva otro contando algo mucho mejor. "ME DA IGUAL QUE TE CASES, ME HE ENCONTRADO 20 EUROS EN LA CALLE, JODER".


Para que sigas creyendo en el amor

13. Estar hablando con la persona que te gusta y que se te escape un dato sobre él o ella, que sabes porque te has mirado de pe a pa todo su Instagram. "Ah, como el viaje que hiciste con el Javier ese a Laredo”. A lo que la otra persona contestará: “¿Y tú como sabes eso?”. Muérete de vergüenza contándoselo, anda.

14. Que se produzca un canto de grillos después de que digas 'Te quiero'. Eso te pasa por decirlo tú primero.