Es uno de los conflictos más enquistados de la historia moderna. Uno aparentemente irresoluble. De hecho, las negociaciones políticas nunca conducen a nada porque los intereses son absolutamente contrapuestos y la carga emocional gigantesca. Hay demasiado odio entre judíos y árabes en la zona. Demasiada sangre amada derramada. Demasiado deseo de venganza. Y la comunidad internacional no ayuda mucho: los diferentes países tienen intereses geopolíticos en la región y juegan cada uno a lo suyo. Es desesperante. Y cada cierto tiempo, como ocurre en estos momentos, estalla la violencia. Y ni siquiera terminas de entender por qué. Pero estas películas pueden ayudarte a comprenderlo.
‘Hanna K.’, Konstantino Gravas, 1983
El director franco-griego Konstantinos Gravas es uno de los cineastas más implicados políticamente. Y lo demuestra en cada una de sus cintas. En esta en concreto, Hanna K., dibuja un drama romántico y personal, pero con el conflicto palestino-israelí como telón de fondo. Y lo mejor de todo: mostrando ambas realidades, tanto la esperanza del pueblo judío de encontrar una tierra en la que protegerse como la desgracia de los antiguos habitantes árabes de la región. Hasta tal punto persiguió la objetividad que la película fue criticada y censurada por antisemita en los Estados Unidos, un país con una comunidad judía muy fuerte y en ocasiones intolerante con la perspectiva árabe del conflicto.
‘Omar’, Hany Abu-Assad, 2013
Omar cuenta la historia de un joven palestino que se ve obligado a jugarse la vida constantemente para visitar a Nadia, su amor secreto, en los territorios ocupados por Israel. Y finalmente es capturado. A partir de ahí, la cinta se mueve entre el thriller más tenso y el romance más lindo y trágico. En cierto sentido, es una especie de Romeo y Julieta localizado en la franja de Gaza. Un contraste que siempre funciona: poner un sentimiento tan natural como el amor junto a un despropósito tan antinatural como la inhumanidad, la violencia y el desprecio que se vive en la región. Estuve nominada a Mejor película de habla no inglesa en la gala de los Óscar de 2013. Dura pero necesaria.
‘Nacido en Gaza’, Hernán Zin, 2014
Conocer la historia de los acontecimientos del conflicto es importante para no caer en posturas morales maniqueas. No es tan sencillo llegar a una posición firme. Sin embargo, y más allá del pasado, hay una realidad innegable: Israel tiene mucha más potencia militar y tiene oprimida a parte de la población árabe de la zona. Este documental, Nacido en Gaza, y nominado a los Goya de 2014, muestra precisamente ese horror en la vida diaria de los palestinos y en particular de los niños palestinos. Porque ahí no importan demasiado las justificaciones. La violencia desmedida contra la infancia no tiene excusa ninguna. La cinta es una crítica portentosa contra la insensatez.