Hombres y mujeres catalogados de la misma forma desde tiempos remotos. La sabiduría popular, una vez más, vanguardista del pensamiento estúpido con asociaciones vacías e insulsas que comparan la belleza con la inteligencia. Los hombres guapos son estúpidos. Las mujeres bellas son tontas. Los hombres atractivos no leen. No saben. No se culturizan. No tienen pasiones porque el destino les ha premiado con una buena genética.
Vaya. Si es que cuando pensamos en algo 'sexy' nuestra creatividad se activa pero rara vez hacia el lado que va un poquito más allá. Guapo como sinónimo de físico e inteligencia como antónimo de belleza. Como si ambos lados no pudieran caminar juntos de la mano. Como si fueran opuestos, incompatibles y con una carga de juicios de valor constantes a sus espaldas.
Algo así decía el director de cine John Waters: "Si conoces a gente, y no lee libros, no te los folles". Quizás por esto, y también porque al mundo le sigue haciendo mucha falta una buena dosis de buen humor, una iniciativa en Nueva York llevada a cabo por mujeres de entre 20 y 30 años se instaló en los vagones del metro para captar instantáneas de hombres sumergidos en la historia de un libro. Hemingway, Truman Capote, Henry Miller, Thomas Mann, el New York Times hasta R.R Martin, no hay límites y todo vale en la cuenta de Instagram 'Hot Dudes Reading'.
Algo similar hizo en el 2011 el fotógrafo holandés Reinier Gerritsen. Observando en el metro un cambio que dejaba a un lado el uso de smartphones, se detuvo a contemplar y fotografiar a personas que hacían uso del papel y los e-books como forma de entretenimiento en sus viajes. Cámara en mano analizó a cada pasajero para aunar el que sería uno de sus proyectos más importantes: 'El último libro'. Una exposición que ponía de manifiesto algo que parecía estar extinguiéndose: un mundo que también era capaz de crear, imaginar, proyectar y esbozar historias con los libros.
Quizás se han inspirado y han creado un proyecto de similares características. Y repetimos, aunque no es cuenta con una alta carga intelectual, el objetivo es simplemente divertirse, desinhibirse, y dejar libres los fantasmas de que si leer es algo sexy, también la escena puede estar protagonizada por alguien sexy. La mecánica aquí es súper sencilla, cualquiera que vea a un guapo leyendo puede hacerle una foto y etiquetarla con el hashtag #hotdudesreading para que posteriormente pueda ser incorporada al perfil de Instagram.
Entonces, igual hay más gente de la que creemos leyendo. Igual hay personas que mientras viajan no leen su móvil, ni se obsesionan con Facebook, ni están pendientes de Whatsapp. Igual hay más gente que viaja a través de hojas de papel y le da de comer a las neuronas a través de paisajes en forma de letras. Igual los hombres no son estúpidos. Igual las rubias no son tontas. Igual es posible un mundo equilibrado sin juicios. Igual es posible pasárselo bien leyendo, independientemente de quién lo esté haciendo.