Querida Adele:
Acabamos de leer tu carta y estamos desolados. Pero, sobre todo, por ti. Cancelar los dos conciertos en el Wembley Stadium por tu salud vocal debe ser lo más duro a lo que te has enfrentado en tu carrera. Pero no nos pidas perdón, tú no tienes la culpa. Y si esto es una despedida, solo podemos decir GRACIAS, en mayúsculas, a una de las mejores carreras que hemos tenido el honor de disfrutar.
Si pudimos esperarte casi cinco años de silencio por estar con tu hijo Angelo, y mereció la pena cuando volviste con 25 bajo el brazo, podremos hacer un esfuerzo y aguantar los 10 años con los que amenazas desaparecer para recuperarte y cuidar de Angelo. Pero dices que no saldrás nunca más de gira porque no vales para ello, y eso sí que no vamos a permitir que lo creas. Los que hemos podido verte en directo, sabemos que has nacido para llenar estadios.
Adele, nosotros te queremos. Te queremos bien, te queremos feliz, te queremos cantando, te queremos en los escenarios, te queremos en la calle. Te queremos desde lo más profundo de nuestro corazón. Porque tu música siempre ha estado ahí en los buenos y en los malos momentos. Especialmente en los malos, y eso hay muchos mejores amigos que no lo pueden decir. Nos hemos dejado la garganta con Hello, nos hemos deshidratado con Hello y hasta hemos bailado con Hello, o incluso con Hello, y a cambio, solo nos has dado más y más de tu talento en tres álbumes que ahora mismo son tres obras de arte del siglo XXI.
Porque sí, ya formas parte de la historia de la música. Ya puedes decir que perteneces al Olimpo de esos dioses eternos que serán venerados generación tras generación. Ahora tus cuerdas vocales están heridas, pero siguen siendo ese monumento al que miles de creyentes quieren peregrinar para adorar durante tus conciertos.Y, ¿qué habría sido de las entregas de premios sin ti? Y ya no estoy hablando de los 15 Grammys que tienes, los 18 Billboards, los ocho Brits, los cinco American Music Awards, e incluso el Oscar por Skyfall. Estoy hablando del coñazo que nos has salvado en la mayoría de ellas. El humor ha sido siempre uno de tus puntos fuertes aunque en tus canciones no lo demostraras.
Esa cagada monumental que te hizo volver a empezar el tributo a George Michael en los últimos Grammys, o el momentazo ‘fan loca’ de Beyoncé ofreciéndole el premio donde todos nos sentimos tan identificados. Cuando callas a la gente en el público o cuando te ríes durante una canción como si estuvieras en tu habitación. Tu increíble Carpool Karaoke o el sketch junto a Ellen Degeneres que tanto necesitaba internet. Todo esto es tan made in Adele que solo podemos arrodillarnos ante ti mientras nos partimos de risa contigo.
Lo último que queremos es que pidas perdón. No merecemos todo lo que nos has dado, y ahora somos nosotros los que tenemos que estar ahí para ti. Descansa para que podamos disfrutarte pronto y durante más tiempo. Tú ya tienes un hueco en nuestros oídos y en nuestros corazones.