Carta Abierta A Todos Los Que Se Preocupan Por Nuestra Obsesión Por El Deporte

Como aficionado al deporte, estoy cansado de escuchar frases del estilo "no vale la pena preocuparse, es solo deporte". 

Como aficionado al deporte, estoy cansado de escuchar frases del estilo "no vale la pena preocuparse, es solo deporte". Sí, cierto, y el amor es solo amor, pero no por eso te pedimos que no llores cuando rompes con tu pareja. Este artículo no habla de deporte, habla de personas y de sentimientos, y va para todos aquellos que no entienden que el deporte es mucho más que solo deporte. Por todos aquellos que se llenan la boca acusando de obsesivos a los aficionados a correr, montar en bici o saltar.

Lauren Hill es una chica americana de 19 años a la que, al igual que a Brittany Maynard, le detectaron un tumor cerebral inoperable que, según los médicos, acabará con su vida antes de que termine el año.

Ella quería, por encima de todas las cosas, debutar en la NCAA, la liga universitaria de baloncesto, de la que esta temporada iba a formar parte por primera vez con el equipo de la Universidad de Mount St. Joseph de Cincinnati. Los caprichos del destino parecían querer que no lo cumpliese, ya que la competición no empieza hasta dentro de unas semanas, cuando ella ya estará demasiado débil para jugar.

Sin embargo, la buena voluntad de los organizadores de la liga y de la Universidad, junto a las ganas de Lauren, hicieron que el sábado 10.000 aficionados llenasen el pabellón para asistir al partido entre Mount St. Joseph y Hiram, adelantado al calendario oficial. Lauren no solo debutó, sino que anotó la primera canasta del encuentro, y aún tuvo fuerzas para salir a la pista los últimos 30 segundos y sumar dos puntos más.

Al término del choque se dirigió al público y atendió a la televisión local, dejando dos frases de las que se puede aprender mucho:

"Nunca me he sentido tan bien en toda mi vida"

Ni muerte, ni enfermedad, ni dolor. La vida es una cuestión de sentimientos, y no hay nada mejor que puedas hacer con tu tiempo que aprovecharlo para buscar aquello que te haga sentir feliz.

"No digáis que este ha sido mi último partido; ha sido el primero de mi carrera universitaria"

Ver el vaso medio lleno o medio vacío es, como dice la propia Lauren, y como ya te hemos dicho nosotros alguna vez, una simple cuestión de actitud. Y esa actitud es lo que va a diferenciar el éxito del fracaso, la felicidad de la tristeza. Los pequeños detalles lo son todo.

https://www.youtube.com/watch?v=wLTEu8E5dPU

El deporte es algo más que una cuestión de vida o muerte. Puede que para muchos sea difícil de entender que se pueda ser tan contundente con algo que a priori puede resultar nimio, pero la cantidad de sentimientos que evoca el deporte es infinita: alegría, euforia, tristeza, decepción, nerviosismo, ansiedad, amor...

Sí, amor también. Porque pocos amores hay tan fieles como el amor a unos colores, a un escudo, a una sensación. Un amor que es capaz de unir a las personas por encima de cualquier barrera. Amor es lo que sentía 'Red' Marck, un aficionado del Feyenoord que falleció en 2013, no sin antes dejarnos unas imágenes preciosas.

Marck, que años antes había fundado el Vak-Q, primer grupo de animación del club, llevaba meses en el hospital a causa de una enfermedad terminal. Poco antes de morir, le pidió a los médicos algo: que le dejasen salir para visitar De Kuip, el estadio del Feyenoord, por última vez.

Asistió a un entrenamiento del equipo, pero no fue un entrenamiento normal. El sector Q del estadio, donde se sitúan los Vak-Q, estaba repleto de gente. Aficionados con bengalas que, mientras Marck difícilmente contenía las lágrimas, entonaban los cánticos que le habían acompañado gran parte de su vida. 'Red' Marck falleció solo tres días después en el hospital.

https://www.youtube.com/watch?v=yksyY5Ij_Q4

Gracias, pero no, no hace falta que os preocupéis por nosotros, seremos unos obsesionados del deporte y a la adrenalina, seremos unos yonkis de los retos y los objetivos, pero somos felices, tanto o más como cuando el resto os vais de fiesta y hacéis el reto de los 20 chupitos seguidos; la única diferencia es que al día siguiente vosotros no os podéis ni levantar de la cama y nosotros ya estamos volando a un ritmo cardíaco de 180.