Sí, hasta ahora el término "pagafantas" solo servía para hacer referencia al género masculino. Lo utilizábamos para denominar a ese amigo que siempre está ahí para ir contigo a tomar una cerveza y consolarte después de tu última ruptura, para ser tu pareja en esas clases de cocina vegana a las que ni siquiera tu madre ha querido inscribirse, para acompañarte de compras y sujetarte las bolsas mientras tú estás en el probador... Bueno, puede que esto último nunca haya ocurrido ni vaya a ocurrir y que, en realidad, haya plasmado sobre el papel, o la pantalla, la idealización de lo que sería la imagen del "pagafantas" perfecto.
Pero vamos, a lo que iba, de lo que me he percatado últimamente es de que algo está cambiando y que ahora somos nosotras las que acabamos como auténticas pringadas sumergidas en lo más profundo de una friendzone. Colgadas de nuestro amigo hipster cual teenager de One Direction.
Y es que claro, es tan difícil resistirse a un hipster... Con esa melena tan lustrosa recogida en un moño, esa barba desaliñada de siete semanas, esa cultura que muestran sin rozar jamás la pedantería, esa ropa que de tan antigua podría ser de tu abuelo, y que sin embargo, resulta de lo más moderno y sexy. Cómo no íbamos a caer rendidas a sus pies...
Así que ante semejantes ejemplares de la especie humana, las mujeres tenemos tres opciones que nada tienen que ver con las de nuestros congéneres masculinos reducidas a ser nuestro amigo del alma-osito de peluche-paño de lágrimas:
- Estar siempre ahí esperando a que se enamore de nosotras y convertirnos tan solo en la follamiga a la que recurrirá cuando esté solo, cachondo y sin plan.
- Que lo haya dejado con su novia.
- Que esta se encuentre de vacaciones y/o menstruando.
Ser eso, además de su osito de peluche-consejera, o no permitirnos jamás llegar a esta situación.
Y como esta última opción nos parece la mejor, sobre todo para nuestra salud mentad y estabilidad emocional, desde Código Nuevo te mostramos las señales de que estás entrando en la friendzone y te damos una serie de consejos para evitar que te conviertas en una "pagafantas 2.0".
1. Evita a toda costa el beso en la frente
También conocido como "Beso de padre". Si el tío que te mola te lo da solo una vez, es como el beso de la muerte, la antesala de la friendzone. Vete olvidándote de él porque te ve como a su hermana: te tiene un cariño infinito, pero no le pones lo más mínimo.
2. Jamás acudas a la llamada o mensaje de las doce de la noche
Ahí solo busca consuelo... y suele ser de un tipo concreto: sexual.
3. Ni a ese WhatsApp proponiéndote ir a tomar una caña a las 6 de la tarde
Porque te vas a arreglar como si fueras a un estreno, y lo que tu creías que era una cita va a resultar más bien una reunión de amigos para presentar de manera oficial a su nueva novia.
4. No le des consejos sobre otras tías no eres Elena Francis, ¡joder! ni le cuentes tus movidas amorosas
Aunque creas que hablar sobre temas amorosos y desamorosos es guay y genera un vínculo de confianza y complicidad, la respuesta es NO. En mayúsculas: NO. A no ser que tengas complejo de mujer tirita.
5. Y por último, NUNCA, NUNCA, NUNCA, bajo ningún concepto, aceptes dormir en su casa si no es en su cama
Si pasa ocurre lo mismo que con el "beso de padre"... Ergo el amor que siente hacia ti es meramente fraternal. NEXT.
Así que si te sientes identificada con alguna de las señales anteriores, sí, amiga, estás en la friendzone o a puntito de entrar. Así que lo mejor es echarle narices y dejar las cosas claras. Total, lo peor que puede pasar es que te rechacen. Y para superarlo, siempre te quedará bajarte Tinder. Aunque después de unos meses conociendo tíos a través de esta aplicación, lo que de verdad desearás será cambiarte de acera.
Crédito de la imagen: thatslife.gr