Cagadas Monumentales Que Hacemos Los Españoles Cuando Vamos Al Extranjero

Ya lo decía Rajoy que "los españoles son muy españoles y mucho españoles". Y es que, no hay nada más notorio ni más estrafalario que un español fuera de su hábitat. Es esa persona, que no solo se hace notar cuando esta fuera de su ecosistema, sino qu

Ya lo decía Rajoy que "los españoles son muy españoles y mucho españoles". Y es que, no hay nada más notorio ni más estrafalario que un español fuera de su hábitat. Es esa persona, que no solo se hace notar cuando esta fuera de su ecosistema, sino que además, es capaz de tener morriña en una escapada de fin de semana. Vamos, que no hay nada más español que un español fuera de España.

1.Buscar la equivalencia geográfica

Ir por una calle de alguna ciudad europea y soltar un “Vale, esto es como la Calle Alcalá de Berlin ¿no?”. O directamente empeñarte en que todas las ciudades están diseñadas como el sitio en el que vives. Alojarte en un hostal del centro de Lisboa porque te crees que será la Plaza de Cataluña portuguesa y tendrás al lado todos los bares necesarios para salir. Y para bien o para mal, criticar todo, porque buscas la similitud, pero como tu tierra, nada.


2. Radar español

Ir andando y creer que solo en los andares y la vestimenta puedes identificar a los españoles y soltar un “ese es español fijo” e incluso, empeñarnos en localizar a un español para hacer una pregunta, hasta que nos damos cuenta que a quien hay que preguntar es a la gente local, que es la que vive ahí y sabe de lo que habla.


3. “Güer is de party?”

Vayamos a donde vayamos, preguntamos a alguien por dónde se sale de fiesta. Da igual la edad que tenga la persona a la que preguntas, da igual que estemos en un pueblo del Tibet y ahí no haya 'party' o que hayamos ido dos días por asuntos de trabajo. No concebimos no salir de fiesta en un país extranjero.


4. No sin mi botellón

Preguntar a la gente local dónde se puede comprar alcohol. Descubrir que 'los chinos' solo están en España, que en otros sitios son otras nacionalidades y no hay chinos viendo películas de chinos mientras te atienden. Y descubrir también que lo único que nos podemos permitir es una botella de vino, porque el ron más cutre cuesta lo mismo que el ron que nunca nos podemos permitir en España.


5. Mantener el horario fiestero español

Acostumbrados a que los garitos cierren hasta el amanecer, el español acabará en el bar más turbio de la ciudad, con tal de acabar la fiesta a la misma hora que en España.


6. Dolby Surround

Todas estas preguntas, gritando claro. Porque somos españoles. Y si nos encontramos con españoles, también gritamos claro. Y convertimos el encuentro en una escena de 300.


7. El síndrome de la cerveza solitaria

Siempre habrá un compañero de viaje que comente lo maravilloso que es España y sus tapas cuando pides una cerveza. Y un compañero fumador que meta en la maleta tanto tabaco que podría montar su propio estanco durante el viaje.


8. El miedo a las colas

Así de primeras, la frase puede parecer confusa. Pero no, el español es esa persona a la que le supera mental y emocionalmente esperar para ver algo. Si es gratis, se lo pensará. Si hay que pagar, es el motivo definitivo para directamente, no hacer la cola.

 


9. Antes de las 15h, cualquier cosa es desayunar

El español, jamás acaba comiendo o cenando en un sitio decente, porque fuera de España todo el mundo come de doce a una y nosotros, que a esa hora seguimos de resaca, nos empeñamos en comer a las cuatro, en los pocos sitios que quedan con la cocina abierta. Cuando el resto de la ciudad, ya está cenando.


10. El agua del grifo

Pedir agua del grifo en un restaurante. Aquí hay españoles de dos tipos: los que la piden del grifo una vez que el camarero ha dejado el agua mineral en su mesa o los que, directamente, eso mismo es lo que han aprendido a decir en el idioma del país al que van, para evitar confusiones desde el principio: "une carafe d'eau, s'il vous plait", "tap water, please".


11. ¿Y el pan?

Da igual donde esté. Siempre habrá uno que pida pan para acompañar. Porque nos han criado dándonos pan hasta para la pasta y hay cosas que no vamos a cambiar y mucho menos de vacaciones.


12. Las propinas

Perdón, las no propinas. Una vez que vemos, lo que nos han cobrado por el pan, lo mismo que por el plato principal, no dejamos propina. Eso es lo que usamos como excusa, porque no habríamos dejado propina igualmente… y lo sabemos.


13. Españolear

En España, todos somos modernos, mainstream y súper internacionales. Pero en cuanto nos vamos, viva el vino, viva la paella, viva España y viva todo.