Empezaron demostrando que el grotesco binomio política-zoofilia podía llegar a ser una cuestión de pura supervivencia. Siguieron planteando un genial conflicto entre la posible perdurabilidad de las experiencias y las consecuencias de su archivo en la vida real. Así, entre un capítulo y otro, los creadores de Black Mirror fueron introduciéndose en nuestro cerebro para hacerle el amor y violarlo de forma simultánea. Ahora, casi dos años después del final de la segunda temporada, esta maravilla audiovisual que le da una incómoda vuelta a la revolución tecnológica vuelve para agitarnos las tripas y darle, de paso, remojar en ácido a nuestras conciencias. Bien, pues ahí la tienes; fresca y a tu entera disposición a través de Netflix. Así que haz acopio de provisiones calóricas, sumérgete en un rincón del sofá y calienta las retinas, porque hoy tienes maratón serial de etiqueta negra.
Oye, no te despistes, que estamos hablando de una de esas series que queman Internet en cuanto asoma el primer trailer. Black Mirror tiene la particularidad de poder convertirse automáticamente en topic recurrente en cenas familiares, reuniones de vecinos y demás acontecimientos sociales. Sus dos primeras temporadas supusieron un estallido para nuestras mentes, y nada hace pensar que, esta vez, las cosas vayan a ser distintas. ¿Los motivos? Un guión que te remueve por dentro, unas hipótesis muy locas y una agresividad icónica que te dejará mareado al final de cada capítulo.
Hace un año, Netflix daba la campanada y se hacía con ella, pasando así a formar parte de su catálogo de producción propia. La apuesta es doble, ya que, los tres capítulos por temporada a los que estábamos acostumbrados, pasarán a ser seis. ¿Preparado para un acercamiento a tu nuevo vicio? Aquí va un pequeño repaso a lo que te espera. Tranquilo, no hay spoilers.
1. No vas a querer tener el móvil en la mano mientras la ves
De verdad, esto es ley: vas a mirar la tecnología de otra forma. Pon atención al título: "Ese 'espejo negro' -algo de inglés sabrás-, es aquel que encuentras en cada pared, en cada escritorio, en la misma palma de tu mano: la pantalla reluciente y fría de un televisor, un monitor o de un teléfono inteligente". No lo digo yo, lo cuenta Charlie Brooker, un señor que, entre otras cosas, es el creador de la serie. Como viene siendo habitual en esta saga, el miedo a los involuntarios y potenciales efectos secundarios de las tecnologías nos mantendrá en estado de alerta durante la hora que dura cada capítulo.
2. El reparto te va a resultar familiar
Estate muy atento, porque, en cada uno de los seis capítulos, podremos reconocer algunas caras conocidas. Algo que, hasta ahora, no había sido una tendencia destacable en la serie, más allá del especial Blanca Navidad, en el que vimos a Jon Hamm. El primero de ellos está protagonizado por Bryce Dallas Howard, que te sonará de Jurassic World. La veremos desenvolverse en una sátira sobre la autoaceptación y su relación con la imagen que los demás tienen de nosotros. El capítulo nos introduce en un mundo que se rige por rankings, puntuaciones y calificaciones. ¿Cómo reaccionarías si, tras un encuentro, tu cita de Tinder te pusiera dos estrellas?
3. Replantearse el uso de la tecnología… en los 80
Es una de las novedades de esta temporada. Estamos ante el primer capítulo, -San Junípero-, fundamentado en épocas pasadas. En este caso, en los años 80, y con otra invitada a la que estamos acostumbrados a ver en un papel de otra serie basada en esa misma década: Mackenzie Davis, Cameron Howe en Halt and Catch Fire. Charlie Brooker confiesa que se le ocurrió el episodio "en un momento en el que se cuestionaba lo que hacer y contar a lo largo de seis capítulos". Pronto comprobaréis que no le salió mal la jugada.
4. La compra por parte de Netflix de la serie ha influido en el resultado
La nueva plataforma de la serie ha redefinido un poco las reglas del juego, pero, en este caso, ha sido para mejor. Es evidente que han dispuesto de mayores recursos -solo con el reparto se aprecia-, pero, además, no les ha faltado libertad creativa a la hora de escribirla. También es cierto que el hecho de que todos sus capítulos se estrenen de golpe pueda condicionar su modo de visualización. Por eso, sus creadores han querido darle un grado más de variedad y amplitud al tono, con respecto a lo que se venía viendo hasta ahora. En palabras de Brooker: “No queríamos que todos los episodios fueran necesaria e implacablemente sombríos y desalentadores. Dicho esto, es Black Mirror”. Gracias, Netflix.
5. La temporada tiene un hueco para los videojuegos

Antes de que llegasen datos sobre esta nueva temporada, eran muchos los que hacían sus propias apuestas para tratar de adivinar qué podría venir incluido en el guión. Evidentemente, una de las teorías que más adeptos tenía era la de 'Pokemon Go!', hasta el punto de que alguien se aventuró a hacer un episodio fake sobre el asunto. Parece que el capítulo no va tanto por ahí, pero sí se aproximaría más un juego que recuerda al de la película episodio fake. Un argumento que engulle hasta tal punto que no nos será fácil distinguir qué es real y qué es producto del juego.
El creador de Black Mirror ha asegurado que estamos ante una de las temporadas más locas y cercanas a la vida real vistas hasta ahora. Y es que, Black Mirror se ha ido convirtiendo, con el paso de los años, en una suerte de versión digitalizada de la obra de Julio Verne; una auténtica anticipación al devenir tecnológico de los próximos tiempos. O casi . Desde luego, la serie británica ha puesto el foco en explorar los límites de las tecnologías y sus contradicciones, haciendo que una cuestión sea cada vez más recurrente en nuestras cabezas: ¿son estas invenciones como drogas para nuestro cerebro? La respuesta, a 6 capítulos de distancia. Que los disfrutéis.