Bares Clandestinos En Los Que Esconderse A Tomar Una Copa

A ver, no son ilegales. Pero el éxito de este tipo de bares es el misterio que les rodea. Una moda que viene de Estados Unidos y que se ha afincado en España.

Esto es un telegrama. STOP. Sí, de esos de los antiguos. STOP. Es alto secreto. STOP. Apunta las coordenadas. STOP. No lo voy a repetir. STOP. Son bares y restaurantes que no aparecen en las guías. STOP. Locales en los que nada es lo que parece. STOP. Si no estás preparado, no deberías estar leyendo esto. STOP. Este mensaje se autodestruirá en 3, 2, 1...

A ver, no son ilegales. Pero el éxito de este tipo de bares es el misterio que les rodea. Una moda que viene de Estados Unidos y que se ha afincado en España: primero en Barcelona y Madrid, y ahora en otras ciudades como San Sebastián o Sevilla. Una tienda de antigüedades que se transforma en un restaurante, un bar con una puerta secreta que te lleva a una cámara acorazada o una tienda de maletas que esconde un misterioso jardín en su azotea.

Te voy a desvelar un secreto: Madrid y Barcelona están llenas de bares de copas y restaurantes clandestinos. Se os vendrán a la cabeza los paladares cubanos o los famosos speakeasy de la Ley Seca. Pero no. Es un movimiento que va muchos más allá de las restricciones y las reglas. No es fácil llegar a ellos y a la entrada te podrían pedir incluso una contraseña. Si no la sabes, nadie te abrirá la puerta. Para no quedarte fuera como un pringado/a, ponte antes en contacto con ellos a través las redes sociales.

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Speakeasy

Si hay un local que recuerda a los bares clandestinos de la Ley Seca, ese es el Speakeasy de Barcelona. Un restaurante levantado en el antiguo almacén del Dry Martini y que se ha convertido ya toda una institución en la ciudad. No son habladurias. Deberías ir a comprobarlo. Es perfecto para compartir un rato de cena + copas con amigos en un ambiente discreto. En el Speakeasy se paró el reloj en los años veinte. La diferencia es que en el siglo XXI ya no tienen que vender las copas a escondidas en la trastienda.

La Contraseña

Además de clandestinos, los hay tan misteriosos como La Contraseña, en la calle Ponzano de Madrid. Ups... Ya he desvelado la dirección. Lo curioso es que al entrar no notarás nada extraño. A simple vista es un restaurante normal, con sus camareros y sus mesas, pero detrás de sus muros esconde un enorme un secreto. Si atraviesas la cocina, con permiso del maitre, podrás cenar en el interior de una cámara acorazada. Como si estuvieras en la sala secreta de un banco. Nadie os escuchará y nadie os molestará. Será una cena top secret.

Bar Mut

Otro de esos locales que no vienen en las guías es el Bar Mut en Barcelona, tan clandestino que sólo se accede por una vivienda particular en la que están prohibidas las fotos. La dirección es secreta. Si quieres ir te lo tendrás que currar.

Restaurante Asiana

Pero hay más. Uno de los pioneros es el Restaurante Asiana en la capital. Si vas de día te encontrarás una tienda de antigüedades y pensarás que se me ha ido la pinza. Si vas de noche te encontrarás un pequeño restaurante de sólo 7 mesas, ideal para una cena romántica y sorprender a tu churri.

Jardín secreto de Salvador Bachiller

Aunque para tienda, la de Salvador Bachiller – el de los bolsos y maletas- en la calle Montera Madrid. Aquí nada es lo que parece. En lo alto de la tienda se esconde un jardín-restaurante de lo más cuqui en el que puedes entrar a tomarte un té y salir con una maleta nueva.

Fuente fotos: Theo Gosselin