“Mi nombre es Álvaro, tengo 18 años y soy de Madrid”. Así encabeza su carta el único bailarín español que ha logrado ser aceptado este año en la Juilliard School de Nueva York, una de las escuelas de artes escénicas más importantes del mundo. Pero, lo que para él debería suponer únicamente una victoria, una explosión de alegría, se está convirtiendo en un problema que no le deja dormir. Porque ve que su sueño, aquel que ha perseguido durante toda su vida, puede truncarse por un problema tan terrenal como es el dinero.

Crédito: Bill Cooper
La falta de recursos para afrontar la cantidad que supone vivir y estudiar en otro país está a punto de truncar la carrera de Álvaro, que, desesperado, pide la ayuda de todos para llevar a cabo su proyecto de convertirse en uno de los grandes del mundo de la danza en nuestro país.
“Todavía estoy en estado de shock, no me creo que me hayan aceptado en una de las academias de mayor prestigio internacional”, explica Álvaro que se inició en la danza a los 12 años, cuando algo dentro se le removió tras asistir a una exhibición en el Conservatorio de Madrid. Fue entonces cuando supo que lo suyo era bailar: “Ingresé en el Conservatorio Carmen Amaya de Madrid y salté dos cursos de golpe, mientras compaginaba mis estudios en el instituto con la que era mi vocación. Ahora llevo un año estudiando en Londres y puedo decir que vivo la danza con pasión, que es mi vicio, que es lo mío”.

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El pasado febrero solicitó realizar las pruebas en la Juilliard School de Nueva York. Superó con éxito todas las rondas y los jueces le dijeron que, tanto para darle una buena como una mala noticia, se pondría en contacto con él a finales de marzo. “Sobre el día 15, sin esperarlo, encontré en mi teléfono una llamada perdida de un móvil americano. Eran ellos, me habían aceptado. Y aún no me lo creo”.
Tras el subidón, empezaron los números. La cifra final fue un duro golpe para Álvaro y su familia. “La matrícula del primer año son 43.000 dólares, a los que hay que sumar otros 16.000 para la residencia, el seguro médico y la estancia”. Por desgracia, la familia de Álvaro no cuenta con recursos suficientes para asumir la cantidad: “Somos gente modesta; mi padre es pintor y mi madre ama de casa, y les resulta imposible costear el dinero que no cubre la beca de la escuela, unos 12.000 euros”.

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Por eso, el bailarín pide la ayuda de todos. “Sé que es una locura, y no estoy orgulloso de pedir dinero. Pero este es mi último recurso. No tengo otra forma de llegar a cumplir este gran sueño”, se lamenta Álvaro que ha abierto una campaña de crowdfunding para que todo aquel que pueda y quiera, colabore con él en la tarea de hacer realidad su mayor anhelo.

“Al fin y al cabo, creo que todos deberíamos tener una oportunidad de pelear por nuestros sueños hasta el final”, concluye Álvaro recordando que es el único español seleccionado entre los 24 aspirantes a ingresar en la Juilliard School de Nueva York. Ha hecho lo más difícil. Pero ahora, el dinero es el que le está a punto de truncar su vocación. Tiene de tiempo hasta el 15 de agosto, momento en el que llegará el primer pago. Algo menos de dos meses en los que su futuro está en el aire. En el que su pasión puede verse vapuleada. ¿Te apetece echarle una mano?
Crédito de la imagen principal: Alberto López